Turquía cerró su espacio aéreo a vuelos de Armenia en rechazo a una escultura vinculada al genocidio

Las autoridades de Turquía anunciaron hoy el cierre de su espacio aéreo a vuelos desde Armenia a terceros países en protesta por una escultura inaugurada recientemente en la capital armenia, Ereván, que honra a los responsables de los asesinatos de funcionarios turcos involucrados en el genocidio armenio.

«No podemos aceptarlo», indicó el ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, que recalcó que Ankara «ha cerrado el espacio aéreo en respuesta a los aviones armenios», informó la agencia de noticias Europa Press.

El comité central de aviación de Armenia afirmó que no recibió una notificación oficial de la parte turca sobre el cierre del espacio aéreo.

En una entrevista con la televisión NTV, Cavusoglu advirtió que Turquía tomaría más medidas si no se retiraba el monumento en Ereván.

«Si continúa, daremos nuevos pasos», señaló.

Sin embargo, Cavusoglu confirmó que el viaje del presidente del Parlamento armenio, Alen Simonian, sigue en pie y afirmó que el Gobierno turco le dio permiso «de forma excepcional» para que tome un vuelo de cara a participar en un encuentro.

Simonian llegó hoy a Ankara para asistir al 30° aniversario de la Asamblea Parlamentaria de Cooperación Económica del Mar Negro y también se reunirá con el presidente del parlamento turco, informó a la cadena de noticias CNN el secretario de prensa del parlamentario armenio.

La medida se produce cuando Turquía y Armenia, que no tienen relaciones diplomáticas, se habían comprometido en conversaciones para normalizar los lazos y dejar atrás décadas de acritud.

La estatua fue inaugurada el 25 de abril en Ereván y conmemora a los participantes en la Operación Némesis, el nombre en clave de una operación encubierta para vengar el asesinato y la deportación de armenios por parte de las fuerzas del Imperio Otomano, con siete asesinatos llevados a cabo por la Federación Revolucionaria Armenia entre 1920 y 1922.

Turquía no niega que las masacres de civiles armenios ocurrieran, pero no admite que se tratase de un genocidio, y sostiene que las muertes no fueron resultado de un plan de exterminio masivo dispuesto por el Estado otomano, si bien es generalmente reconocido como el primer genocidio sistemático de la Edad Moderna y es el segundo caso más estudiado, por detrás del Holocausto judío.

La Operación Némesis representó «un registro del hecho de que a lo largo de la historia, los crímenes no quedan impunes, independientemente de cómo los trate la comunidad internacional», dijo en abril el vicealcalde de Ereván, Tigran Avinyan, a la agencia estatal de noticias Armenpress al inaugurarse el monumento.

Turquía y Armenia se encuentran sumidos desde hace meses en un proceso para normalizar sus relaciones, gravemente dañadas por el apoyo de Ankara a Azerbaiyán en el conflicto en torno a la región de Nagorno Karabaj que comenzó en 1993 y por la negativa a reconocer el genocidio armenio cometido por el antiguo Imperio otomano entre 1915 y 1923.

En 2020, Turquía respaldó firmemente a Azerbaiyán en el conflicto de seis semanas con Armenia por Nagorno Karabaj, que terminó con un acuerdo de paz negociado por Rusia que hizo que Azerbaiyán obtuviera el control de una parte importante de la región en conflicto.

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