Un criancero de 65 años vive en una precaria casa improvisada con maderas y lonas, en Taquimilán, junto a su hijo y su nuera. Están varados sin agua en el lugar.
Cuidan a 300 animales -chivos y vacas- y quedaron en ese sector porque el dueño de un campo le cerró el paso y no puso trasladarlos. Con ayuda de un vecino del sector armaron la estructura de madera con la que intentan reparar los fuertes vientos del norte neuquino.
https://www.youtube.com/watch?v=gdaopGQBcLQ