Una angustiante situación se vivió este sábado en el Estadio Monumental, cuando el partido debió suspenderse por la muerte de un hincha que cayó al vacío desde la Sívori alta y se suma a una larga lista de fallecidos en la cancha del Millonario. La mayor tragedia que se recuerda es la de la «Puerta 12», con 71 víctimas.
Desde 1938, el estadio Monumental es el templo en donde los hinchas de River festejaron miles de batallas ganadas y vieron brillar a La Máquina y a otras glorias. Sin embargo, una serie de históricas muertes ocurrieron a lo largo de la historia. Hoy, el Monumental ya tiene 85 muertos en sus tribunas.
De principio a fin, el lado oscuro del Monumental.
El Monumental encierra una historia teñida de sangre que se profundizó con «La Batalla de los Quinchos» (febrero de 2007), donde se enfrentaron dos facciones de «Los Borrachos del Tablón», y que culminó con el crimen de Gonzalo Acro en agosto de 2007, en pleno barrio de Belgrano. El último antecedente, antes del hincha que cayó al vacío este sábado por la tarde, fue un hincha identificado como Damián Torres, de 29 años, que murió tras caer por el hueco que existe entre las tribunas San Martín y Sívori, mientras intentaba ubicar una bandera, en Mayo del 2013.
Cabe recordar, que el primer hecho oficial ocurrió en julio 1944 cuando ocho personas murieron en las instalaciones del club de Núñez luego de un clásico River-San Lorenzo, a causa de politraumatismos luego de una riña entre hinchadas, donde todos quedaron impunes. En la historia la tragedia más cruel, fue la de «La Puerta 12». Fue en el invierno de 1968, y se jugaba el Superclásico más importante del mundo, en el entonces Estadio Antonio V. Liberti, y en las escaleras de la Puerta 12 del estadio (hoy en día es la puerta L) cientos de hinchas de Boca se hacinaban, intentando sobrevivir a una avalancha devastadora. Alguien había cerrado las puertas. 71 de estos hinchas fallecieron, mientras que 113 resultaron heridas.
Según las informaciones y peritajes judiciales de la época hubo varias irregularidades. Entre ellas, dieron a conocer que los empleados del estadio no abrieron la puerta corrediza en su totalidad y los molinetes quedaron puestos durante todo el partido, no se retiraron después de la entrada de la parcialidad visitante. Ante esta situación pasó lo inevitable: una avalancha hizo que muchos hinchas cayeran, se golpearan o quedasen sin aire.