La directora nacional de Migraciones, Florencia Carignano, aseguró que la inadmisión de las seis ciudadanas rusas embarazadas para ingresar al país responde al habitual procedimiento administrativo para resolver casos sospechados de mentir y de ser «falso turista», y advirtió que además esto se da en el marco de una investigación judicial sobre «bandas delictivas».
Según precisó la funcionaria, son seis las ciudadanas rusas que están «inadmitidas» para ingresar al país, que vinieron solas, «todas en la semana 33 o 34 de embarazo, y todas dijeron que venían a hacer turismo».
«Cuando vemos que no tienen pasaje de regreso, que no saben explicar dónde van a hacer turismo, algo que es raro para una embarazada de 34 semanas, empezamos a sospechar que no vienen a hacer turismo», explicó.
Las autoridades migratorias deben regirse con «un procedimiento para la resolución de casos ante la sospecha fundada de falso turista», tal como funciona «en todos los países», dijo Carignano en diálogo con el canal TN.
«En este caso se detectó que era falso turismo, porque ellas mismas admitieron que vienen a tener a sus hijos» a la Argentina, agregó.
Al respecto, la funcionaria detalló que «no es un delito» venir a tener un hijo al país, pero las personas «de nacionalidad extra Mercosur», para poder hacerlo deben «ir al consulado y sacar una visa y explicar los motivos». Y las ciudadanas rusas inadmitidas entre ayer y hoy no presentaban tales papeles requeridos.
La funcionaria aseveró que las autoridades están «preocupados por su salud» y dispusieron un «control médico cada tres horas» para los chequeos necesarios.
Las mujeres «no están detenidas, están libres y a cargo de las aerolíneas con las que llegaron, que les ofrecieron volver a su país y no quisieron», señaló la directora de Migraciones, y advirtió sobre la presencia de «abogados que son parte de bandas que están siendo investigadas en Comodoro Py», en los tribunales federales.
«Hay una investigación judicial que está detrás de estas bandas que traen a mujeres y hombres, y atrás hay un negocio millonario», confirmó.
Según indicó la funcionaria, desde agosto pasado se registra en el país «un aumento del flujo de ciudadanos rusos» y, particularmente, de ciudadanas rusas con embarazos avanzados.
«La cantidad es realmente grande por día. Anoche, en el último vuelo de (la aerolínea) Ethiopian, entraron 33 ciudadanas rusas con embarazos de entre 32 y 33 semanas», sostuvo.
Tras sospechar de que se tratase de un delito de trata, las autoridades realizaron un total de «365 entrevistas» a ciudadanas rusas, todas ellas «de un alto poder adquisitivo», que llegaban al país solas y decían «que habían venido por medio de agencias que les ofrecían todo un paquete».
«Todas vienen justo en la semana 33, hay un patrón de conducta que está investigando la justicia y para la cual Migraciones aportó información», aseguró Carignano y aclaró que muchas «venían con pasajes o alquileres», a diferencia de las mujeres que se encuentran varadas en Ezeiza.
Para contextualizar, la directora detalló que en el último año ingresaron al país 10.500 personas, entre ellas «5.819 mujeres embarazadas», y de esas 10.500, 7.000 «ya no están en el país, y ese es el problema».
«Nosotros estamos encantados de que vengan a hacer su vida a la Argentina, pero el problema es que llegan, tienen los hijos, los anotan como argentinos, dejan un poder a los apoderados, se van y no vuelven más. Acá hay gente que está usando nuestro pasaporte», apuntó.
Al respecto, la funcionaria advirtió que el problema es que esto afecta al pasaporte argentino, que es «muy seguro» y por ello puede ingresar a 171 países sin visa o «conseguir la visa de Estados Unidos por 10 años».
«Si no controlamos a quién le damos los pasaportes, el pasaporte argentino va a dejar de tener la confianza que hoy tiene en otros países. Tenemos que cuidar nuestro pasaporte y los beneficios que hemos logrado porque venimos trabajando para que nuestro pasaporte sea seguro», concluyó