Los precios del petróleo bajaron hoy debido a las dudas sobre la demanda de la economía china, que pesaron más que los recortes de producción de la OPEP+ y el séptimo declive consecutivo del número de plataformas petrolíferas y de gas que operan en Estados Unidos. El aumento de las exportaciones de petróleo iraní también influyó en los precios. El Brent, que cotiza en Londres y es referencia para la Argentina, cedió 48 centavos (-0,6%) hasta los US$ 76,13 el barril, mientras el West Texas Intermediate, en Estados Unidos (WTI), perdió 61 centavos, o 0,9%, y se ubicó en los US$ 71,17.
Ambos contratos cerraron la semana pasada con ganancias superiores al 2%, en un contexto en el que varios grandes bancos han recortado sus previsiones sobre el crecimiento del Producto Interno Bruto chino en 2023, después de que datos de mayo conocidos la semana pasada mostraron que la recuperación posterior a la crisis de la segunda mayor economía del mundo flaqueaba. Se espera que el gigante asiático reduzca sus tasas de préstamos de referencia el martes, después de un recorte similar en los préstamos a mediano plazo la semana pasada para apuntalar una recuperación económica inestable.
El mercado del petróleo está atento a más señales de si la economía global se recuperará. Mucho dependerá del desempeño económico de China en la segunda mitad de este año y de la eficacia de las medidas de estímulo anunciadas recientemente por el país, y de la capacidad de Estados Unidos y Europa para evitar una desaceleración económica en medio de alzas en las tasas de interés.
Sin embargo, el rendimiento de las refinerías chinas aumentó en mayo a su segundo total más alto registrado, ayudando a impulsar las ganancias de la semana pasada, y las empresas de energía estadounidenses redujeron el número de plataformas de petróleo y gas natural en funcionamiento por séptima semana consecutiva por primera vez desde julio de 2020. Por otro lado, las exportaciones y la producción de petróleo de Irán alcanzaron niveles récord en 2023, pese a las sanciones de Estados Unidos, lo que se suma a la oferta mundial cuando otros productores limitan el bombeo.