En un encuentro con periodistas por el Día Nacional de la Avicultura, Domenech dijo que las reproductoras alojadas para 2023 «proyectaron un crecimiento del 3%, lo que nos permite estimar una producción de 1.000 millones de pollos para este año». En medio de este panorama, Domenech explicó las diferentes estrategias que el CEPA está desarrollando para enfrentar la influenza aviar detectada en febrero pasado y que condicionaron las exportaciones.
«La influenza aviar ha sido una irrupción desequilibrante que alteró nuestros planes, obligando a SENASA al cierre de las exportaciones y a aplicar el rifle sanitario entre los lotes afectados», puntualizó el titular de CEPA. En ese sentido, explicó que «aún no existe una vacuna ideal para esta enfermedad y es nuestro deber como dirigentes sectoriales informar bien a los productores, porque hay vacunas que demostraron no tener eficiencia y ante la presencia del virus hubo aves que debieron ser sacrificadas, aunque estaban ya vacunadas».
Por su parte, la coordinadora de Negociaciones Internacionales del CEPA, Sofía García, explicó al trabajo que el Centro realiza para acordar «nuevos certificados sanitarias con cada uno de los países importadores de pollo argentino». Esta tarea significa una zonificación dinámica con cada uno de los países que importan pollo del país, «donde se garantiza el origen del producto desde una zona libre.»
Entre las principales negociaciones en agenda, mencionó la próxima misión oficial a China, a cargo de la comitiva técnica del SENASA, a concretarse en la segunda quincena de julio. China es, hasta el momento de esta crisis, el país que más importa de la Argentina, con el 30%, seguido por los países árabes con 19%; Sudáfrica , 15%, Chile 11%; Vietnam (7%), Unión Europea , 2% y resto del Mundo, 10%. Domenech aportó otro dato destacado de crecimiento, al señalar que el sector avícola genera empleos directos para 77.500 personas.