El Gobierno oficializó el traspaso de la Dirección Nacional Electoral (DINE), hasta hoy a cargo del Ministerio de Interior, a la Secretaría General de la Presidencia, que también tendrá que organizar la votación para los argentinos residentes en el exterior.
La resolución se tomó para evitar suspicacias luego de que se oficializara las precandidaturas de Eduardo «Wado» de Pedro y Santiago Cafiero en las listas.
A través de los decretos 358/23 y 359/23, se formalizó la transferencia de competencias a las oficinas de Julio Vitobello, con carácter transitorio hasta la realización de las elecciones generales. Por tanto, la administración de Alberto Fernández ordenó que «transferir la dirección nacional electoral desde la órbita de la secretaria de asuntos políticos del Ministerio del Interior al ámbito de la subsecretaría de asuntos políticos de la secretaria general de la Presidencia de la Nación».
La determinación se adoptó casi una semana después días después de la presentación de candidatos, con la intención de evitar conflictos luego de que de Pedro bajara su fugaz precandidatura presidencial y oficializara sus aspiraciones a conquistar una banca en el Senado. Lo propio Cafiero en la Cámara Baja.
De esta forma, el Gobierno dispuso la necesidad de «efectuar un reordenamiento funcional que permita concretar las tareas diagramadas en vistas al próximo período electoral».
La estructura de la DINE continuará bajo la articulación del actual director Marcos Schiavi, pero dejará de depender de la Secretaría de Asuntos Políticos de Interior y será supervisada por la Subsecretaría de Asuntos Políticos de la Secretaría General, bajo las órdenes de Vitobello, uno de los laderos más cercanos al Presidente.