La Justicia de Francia inició esta semana un juicio por violación a una mujer que tiene 51 acusados, que la violaron repetidamente mientras estaba inconsciente, drogada por su propio marido. La víctima decidió que el juicio sea público -para que se sepa todo- y evitar que otras mujeres sufran lo mismo.
Durante su testimonio ante el Tribunal de los Criminal de Vaucluse, Giséle Pelicot reveló que fue violada decenas de veces entre 2011 y 2020, mientras su esposo, Dominique Pélicot organizaba encuentros con otros hombres y los filmaba. La víctima no era consciente de los abusos porque estaba bajo los efectos de ansiolíticos.
El comienzo del proceso mantiene conmocionada a toda la comunidad francesa y tuvo una fuerte repercusión mundial por los escabrosos detalles que salieron a la luz. Identificaron 92 violaciones cometidas por 83 hombres, de los cuales 50 fueron localizados.
Los 50 acusados representan a la clase media y trabajadora de la sociedad francesa, ya que entre los acusados se encuentran constructores, un electricista, empleados de oficina, jubilados, un bombero, un soldado, un periodista local y un guardia de prisión.
«Los Policías me salvaron la vida»
El caso salió a la luz en septiembre de 2020, cuando Dominique fue detenido por filmar por debajo de las polleras de mujeres en un supermercado de Carpentras. Al revisar el material informático del dispositivo, la policía descubrió miles de imágenes y videos de Giséle inconsciente, sometida a abusos sexuales.
Con la voz quebrada, Giséle explicó que los agentes fueron quienes le salvaron la vida al descubrir las pruebas. Relató el horror de ver las imágenes de sí misma en ese estado: “Me costó reconocerme, me veía inerte, dormida y vi cómo abusaban de mí”.
La víctima de 72 años, llevaba años teniendo lagunas mentales, olvidos de días enteros y dolores físicos, que en su familia habían empezado a relacionar con un diagnóstico de alzheimer, desconociendo lo que sucedía en realidad.
El juicio tiene como principal acusado al esposo Dominique Pélicot y otros 50 hombres de violación agravada, un delito que contempla penas de hasta 20 años de prisión. La sentencia de este impactante juicio sentará un precedente para los casos de violencia sexual bajo sumisión química.