Denuncian un importante negociado inmobiliario en Cerro Catedral

El concejal de Bariloche, Leandro Costa Brutten, ha denunciado un controvertido proyecto inmobiliario en el Cerro Catedral, que ha generado preocupación tanto en el ámbito político como en el profesional. Según Costa Brutten, el plan pone en riesgo el medio ambiente y expone la complicidad de autoridades locales y provinciales, en favor de un grupo […]

El concejal de Bariloche, Leandro Costa Brutten, ha denunciado un controvertido proyecto inmobiliario en el Cerro Catedral, que ha generado preocupación tanto en el ámbito político como en el profesional. Según Costa Brutten, el plan pone en riesgo el medio ambiente y expone la complicidad de autoridades locales y provinciales, en favor de un grupo reducido de empresarios. La iniciativa ha sido también cuestionada por el Colegio de Arquitectos de Río Negro, que ha solicitado la paralización del proyecto hasta que se realicen estudios serios y se cumpla con las normativas ambientales y urbanísticas correspondientes.

“Este proyecto es un despropósito. Quieren construir una megaestructura en una zona geológicamente sensible sin la factibilidad técnica ni el estudio de impacto ambiental necesario. Si cualquier ciudadano presentara algo así, sería rechazado de inmediato, pero como hay intereses poderosos detrás, avanzan sin problemas”, denunció Costa Brutten, destacando que la obra implicaría un hotel de gran escala a más de 1.200 metros de altura.

El concejal subrayó que el proyecto abarcaría 99 hectáreas, desde la base del Cerro Catedral hasta cerca del lago Gutiérrez, lo que afectaría gravemente el ecosistema. “No solo desnaturalizarán el cerro, sino que también afectarán la infraestructura y el suministro de servicios esenciales, como el agua, la electricidad y el gas, que ya son insuficientes para la población de Bariloche”, señaló.

Complicidad estatal y falta de control

Costa Brutten no solo apuntó contra los empresarios involucrados, sino también contra las autoridades que, según él, permiten que el proyecto avance. “Lo más grave es que el Estado no solo no controla, sino que colabora. El intendente Walter Cortés y el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, son cómplices de este negociado. Les perdonaron multas millonarias y les están facilitando todo tipo de permisos sin exigirles nada a cambio”, denunció el concejal.

En este sentido, Costa Brutten afirmó que estos empresarios han logrado unificar el apoyo de sectores políticos que usualmente se encuentran enfrentados. “En este caso, no hay grieta. Tanto sectores del PRO como del oficialismo están alineados para beneficiar a estos empresarios, lo que muestra hasta qué punto están comprometidos con sus intereses”, agregó.

Críticas del Colegio de Arquitectos

El Colegio de Arquitectos de Río Negro emitió una solicitud formal al gobierno local y provincial para que se suspenda el proyecto hasta que se realicen estudios ambientales y urbanísticos que garanticen la seguridad y viabilidad de las obras. Según el organismo, el proyecto no solo presenta irregularidades en términos de impacto ambiental, sino que también plantea “una urbanización descontrolada que no sigue ningún plan regulador”, lo que podría tener efectos catastróficos en el ecosistema y en la comunidad local.

En su carta, el Colegio subrayó que “no se ha presentado un análisis serio de los riesgos que implica este desarrollo en una zona propensa a avalanchas y deslizamientos”. Además, se destacó que la construcción a gran escala en el cerro podría alterar permanentemente el paisaje y afectar la biodiversidad de la región. “El Cerro Catedral es un símbolo turístico y natural de Bariloche, y no puede ser entregado al interés privado sin garantizar antes su protección ambiental y la consulta ciudadana”, argumentó el organismo.

Impacto en la comunidad de Bariloche

El concejal también cuestionó cómo este proyecto afectará a la ciudad de Bariloche en su conjunto. “No podemos crear una ciudad paralela en el cerro mientras seguimos teniendo problemas graves de infraestructura y servicios básicos en el centro de Bariloche. Este desarrollo solo beneficia a los empresarios, mientras los vecinos continúan sin acceso a gas, electricidad y agua en varias zonas”, explicó Costa Brutten.

Asimismo, criticó la caída en la venta de pases para esquiar en el Cerro Catedral, lo que, según él, es otra muestra de la mala gestión que está detrás de este proyecto. “Este año vendimos 10.000 pases menos que el anterior, y el precio aumentó un 300%. Estos empresarios no están interesados en mejorar la oferta turística, sino en explotar los recursos de Bariloche para su beneficio personal”, afirmó.

Riesgos ambientales y económicos

Uno de los puntos más preocupantes del proyecto es el impacto ambiental que tendría en la región. “Están interviniendo en una zona extremadamente sensible desde el punto de vista geológico. El riesgo de avalanchas y otros desastres naturales es muy alto, y aun así pretenden construir una megaestructura que agravará la situación”, advirtió el concejal.

Además, Costa Brutten destacó que “incluso los propios esquiadores y expertos en el Cerro Catedral reconocen que este proyecto es irrealizable desde el punto de vista técnico”, lo que refuerza la idea de que solo se está priorizando el beneficio económico por encima de la seguridad y el bienestar de la comunidad.

La estrategia inmobiliaria detrás del proyecto

Costa Brutten señaló que “el verdadero objetivo detrás de este proyecto no es mejorar la oferta turística, sino desarrollar un negocio inmobiliario a gran escala”. Según el concejal, la familia Trappa, propietaria de la empresa Capsa, que gestiona el Cerro Catedral, está interesada únicamente en obtener ganancias extraordinarias a través de la venta de propiedades.

“El intendente Walter Cortés y el gobernador Weretilneck están facilitando que esta familia y otros empresarios se llenen los bolsillos. Incluso están desarrollando un mecanismo para que la Municipalidad se retire del negocio inmobiliario, cediendo su participación a cambio de lotes sociales, lo cual es ridículo”, denunció Costa Brutten.

El concejal concluyó su intervención subrayando la necesidad de un mayor control estatal y de una verdadera planificación urbana y turística para Bariloche. “No podemos permitir que unos pocos destruyan nuestro centro de esquí y el medio ambiente para obtener beneficios personales. Este proyecto es una amenaza para toda la comunidad, y es hora de que las autoridades actúen en defensa del interés público”, finalizó.

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