En tanto, esta tarde, los manifestantes, entre quienes se encuentra el comerciante de garrafas al que ayer le balearon el frente del comercio situado a metros de donde mataron al nene, en el asentamiento «Los Pumitas», del barrio Empalme Graneros, permanecían frente a la sede el gobierno santafesino para hacer oír sus reclamos.

«Nosotros no peleamos con nadie en este mundo, somos gente buena y lo único que pedimos es que haya justicia para Máximo. De lo demás se encargará Dios y a él le pido que esté con nosotros en todo momento, porque hoy la vida de toda nuestra familia está en sus manos», dijo Antonia, tía del niño, en declaraciones a la prensa.

Tras asegurar que están «desconsolados», la mujer contó que, durante la mañana, fueron recibidos por Javkin y dijo que, en este momento, se sienten «acompañados», aunque teme que esto pase en «un mes o dos»

«Nos sentimos seguros pero eso dura un mes o dos meses y, después, ¿quién los frena?», planteó.

La movilización comenzó hoy a las 10.30, cuando la familia Jerez y sus vecinos se congregaron en la plaza 25 de mayo, ubicada frente a la Municipalidad de la ciudad de Rosario para iniciar la jornada de protesta.

Durante la marcha, la familia estuvo acompañada por la comunicad Qom, a la cual pertenece, por lo que encabezaron la movilización con una bandera wiphala y otra con la leyenda «basta de matar a nuestros niños. Los pueblos originarios exigimos justicia por Maxi».

El crimen de «Maxi» Jerez, que es investigado por la fiscalía de Homicidios Dolosos de Rosario que encabeza Adrián Spelta, ocurrió la madrugada del domingo 5 de este mes, cuando quedó en medio de una balacera cometida por un grupo narco que tenía como blanco a integrantes de una banda rival.

En ese mismo hecho quedaron heridos a balazos tres primos de «Maxi» de 2, 13 y 14 años.

En el marco de la causa hay por el momento seis detenidos, entre ellos dos hermanos de apellido Castillo sospechosos de haber efectuado los disparos, mientras que el fiscal cree que hay dos presos del penal de Piñero que podrían tener vinculación, por lo que ordenó allanar el pabellón 9, puntualmente la celda ocupada por Alex Ibáñez, alias «Araña», sindicato como «transero» del asentamiento «Los Pumitas» y primo de dos de los detenidos.

La principal hipótesis de la pesquisa es que la balacera fue cometida por los Castilloy que tenía como destinatario a un hombre llamado Cristian «Salteño» Villazón, quien cumple una condena a 15 años de prisión por un triple crimen y cuya casa fue destruida tras el crimen de «Maxi» por vecinos que denunciaron que allí funcionaba un búnker de drogas.