Un alarmante caso de abuso de autoridad o violencia policial ha emergido en la ciudad de Neuquén, donde un hombre, presuntamente miembro de las fuerzas de seguridad, agredió a un menor, Mateo Chandía de 13 años y lo trasladó en su vehículo particular sin consentimiento. La madre del niño, Cintia Birulón, ha denunciado el hecho y está recolectando información para presentar una queja formal en el Ministerio Público Fiscal.

Los hechos.

El pasado miércoles 30 de octubre alrededor de las 11 de la mañana, se produjo un robo en un autoservicio de la zona centro del barrio Z1, un joven, Leo Díaz, se traslado en bicicleta hasta el local y en un descuido le arrebataron su vehículo de dos ruedas. En la angustia que provocó el hurto de la bici, se hace presente un familiar, un hombre, (que aún no se ha podido identificar) que en búsqueda de información sobre el robo del rodado, supo que dentro del comercio se encontra Agostina Álvarez, tía política de Mateo Chandía (13), el hijo de Cintia Birulón.

Según Cintia, un hombre que se identificó como el tío del menor que había sufrido el robo de la bicicleta, identificó a Mateo, dsicutió pidiendo información sobre el presunto ladrón del vehículo de dos ruedas, lo acusó injustamente de complicidad en el delito. Este hombre, que conducía un Ford Focus blanco polarizado, agredió a Mateo y lo subió a su vehículo.

Cintia afirma que el agresor no solo golpeó a su hijo, sino que también lo llevó contra su voluntad a la casa de la tía, Agostina Álvarez, para que identificara al ladrón. “Mateo no sabía nada del robo y no tenía nada que ver”, subraya la madre, quien se siente angustiada por la situación. Agostina Álvarez, quien se encontraba con su pareja, fueron testigos del robo y del accionar de este hombre que no sólo golpeó a Mateo y subió a su coche contra su voluntad, sino que además, ingresó a la propiedad privada de Agostina y exigió respuesta.

Según Cintia, el caso ha sido grabado por cámaras de vigilancia en la zona, y los testigos han confirmado que Mateo fue forzado a entrar en el vehículo. Cintia señala que su hijo fue liberado, pero quedó descompuesto y con un golpe en la cabeza. “Estuvo tirado dos horas y media. Cuando llegó a casa, no podía ni comer y empezó a vomitar”, relata Cintia, visiblemente preocupada por el bienestar de su hijo.

Hasta el momento, no se ha realizado ninguna acción efectiva por parte de las autoridades. Cintia ha manifestado su intención de presentar una denuncia formal en la Comisaría 18, aunque se enfrenta a la dificultad de acusar a un hombre que, supuestamente, es un oficial de policía. “Esto es un abuso de poder. Nadie puede hacer esto, menos un policía”, asegura.

La recuperación de la bicicleta robada ha sido un punto a favor en la investigación, aunque Cintia destaca que esto no justifica la agresión y el secuestro de su hijo. “Lo que hicieron fue completamente violento. No hay excusa para actuar así”, enfatiza.

El barrio Z1 ha sido escenario de múltiples problemas de inseguridad, lo que genera preocupación entre los vecinos sobre cómo proceder ante estas situaciones. Cintia advierte que la violencia no puede ser la solución a los problemas que enfrenta la comunidad, y espera que su denuncia contribuya a frenar este tipo de abusos.

Cintia planea acercarse al Ministerio Público Fiscal si no obtiene respuestas adecuadas en la comisaría. “No quiero que esto quede impune. Mi hijo merece justicia y protección”, concluye, mientras continúa su búsqueda de apoyo y testigos para sustentar su denuncia.