El episodio ocurrió la madrugada del 9 de julio pasado, en el barrio Unión. Al acudir a una denuncia por violencia de género, los efectivos fueron atacados por el acusado, quien utilizó un fierro, un martillo y el arma reglamentaria de uno de los agentes para agredirlos.

Al llegar al lugar, una pareja de policías intentó mediar en la situación. El acusado, en un estado agresivo, golpeó a ambos en la cabeza con un hierro de más de un metro, ocasionándoles graves heridas. Minutos después llegaron refuerzos, y el hombre escaló su violencia arrojando un martillo que fracturó la mandíbula de un oficial.

En un momento de la refriega, logró desarmar a un agente y disparar al menos 10 veces contra los efectivos. Los proyectiles impactaron en el móvil policial y forzaron a los agentes a buscar refugio.

La situación terminó cuando un oficial disparó contra el agresor, hiriéndolo en el abdomen. Tras ser reducido, fue trasladado a un hospital en Cutral Co, mientras uno de los policías gravemente herido fue derivado a Neuquén y permanece en terapia intensiva.

“No fue una masacre de milagro”, aseguró el fiscal

El fiscal Liotard calificó el hecho como extremadamente grave y destacó que, de no haber mediado la respuesta policial, el desenlace pudo ser trágico. “El acusado disparó múltiples veces y, de milagro, no tenemos más heridos o muertos”, señaló en conferencia.

El agresor enfrenta una serie de cargos: tentativa de homicidio agravado, lesiones graves y leves, daño agravado, hurto de arma y atentado contra la autoridad. Durante la audiencia, negó su responsabilidad en los hechos.

En un giro inesperado, la mujer que había denunciado la violencia de género terminó agrediendo a los efectivos con piedrazos. Según la fiscalía, su accionar habría sido motivado por el temor hacia su pareja. “Es una situación compleja; ella es una víctima de violencia, pero también participó en el ataque”, explicó Liotard.

El hijo de la pareja, de 13 años, también estuvo presente y habría intervenido en la confrontación, complicando aún más el análisis de la situación familiar. El juez Lisandro Borgonovo avaló la prórroga de la prisión preventiva y el plazo de investigación, mientras se esperan los informes médicos definitivos de los policías heridos y del agresor. Se supo que el acusado ya había incumplido una prisión domiciliaria previa, cuando intentó robar un comercio armado.

Este antecedente reforzó la decisión de mantenerlo en detención. Con la investigación en curso, la fiscalía trabaja en reunir más pruebas y testimonios, incluyendo entrevistas a los efectivos lesionados. Según los primeros informes, los cargos contra D.G.F. podrían incrementarse a medida que se esclarezcan los hechos.