Imputan al capo narco que trató de escapar de la cárcel de Ezeiza en helicóptero

Esteban Lindor Alvarado y otras dos personas serán investigadas por el intento de evasión de la prisión. La imputación fue dictada por el juez federal subrogante Ernesto Kreplak.

El capo narco Esteban Lindor Alvarado y otras dos personas fueron imputadas por el intento de evasión de la cárcel de Ezeiza ocurrido el pasado viernes y también por los delitos de asociación ilícita y lavado de activos.

La imputación fue dictada por el juez federal subrogante Ernesto Kreplak, quien indagó a Alvarado y a los otros dos hombres por el intento de fuga del Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza, que fue planificada con un helicóptero.

La medida está en línea con lo solicitado por los fiscales federales Cecilia Incardona y Diego Iglesias, titulares de la Fiscalía Federal N°2 de Lomas de Zamora y la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR), quienes le atribuyeron a Alvarado ser jefe de una asociación ilícita conformada por al menos tres personas y destinada a la comisión indeterminada de delitos, mientras que a los otros dos hombres los imputaron como miembros de la banda.

Además, y según publicó el portal del Ministerio Público Fiscal, les endilgaron la adquisición, administración y disposición de un helicóptero Robinson R44 Raven, con matrícula falsa, que fuera comprado en España e introducido en nuestro país a través de un paso no habilitado cerca de la zona de Campo 9, en Paraguay.

Finalmente, fueron indagados por haber favorecido a Alvarado y otra persona de su entorno para fugarse del penal donde permanecen detenidos. El 9 de junio de 2022 el Tribunal Oral Federal N°2 de Rosario condenó a Alvarado a la pena de 15 años de prisión como organizador del transporte de 493,937 kilogramos de marihuana a la provincia de Río Negro en 2017.

El hombre y su pareja también están acusados e irán a juicio por lavado de activos de origen delictivo realizado como miembros de una asociación o banda formada para la comisión continuada de hechos de esta naturaleza.

También el año pasado, la justicia santafesina condenó a Alvarado a prisión perpetua como partícipe primario de un homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por el concurso premeditado de dos o más personas, autor de encubrimiento, instigador de cuatro amenazas coactivas calificadas por la intención de obtener una medida o concesión por parte de cualquier miembro de los poderes públicos, jefe de una asociación ilícita y coautor de cinco hechos de lavado de activos agravados por ser miembro de una banda.

EL OPERATIVO

El 2 de marzo pasado, el MPF fue alertado respecto a la existencia de un plan diseñado por Alvarado y personas de su entorno para extraerlo el 3 de marzo del penal de Ezeiza, donde se encuentra recluido. Supuestamente, un helicóptero partiría de un aeródromo rural cercano a la ciudad entrerriana de Gualeguaychú, sobrevolaría el penal y liberaría a Alvarado y a otra persona.

Así, se encomendó a personal de la División Operaciones Federales de la Policía Federal una serie de tareas de campo e intervenciones telefónicas ordenadas por el juez, que permitieron identificar a parte de los involucrados.

De las conversaciones telefónicas interceptadas entre el piloto -apodado «Lobo»- y Alvarado se desprende que la aeronave saldría de Gualeguaychú, descendería en el patio del penal, efectuaría la extracción y los depositaría en un campo de General Rodríguez, donde otros miembros de la organización recibirían a Alvarado y asegurarían su ocultamiento.

Por ello, el pasado 10 de marzo, a pedido de la fiscal Incardona y el fiscal Iglesias, el juez Kreplak ordenó una serie de medidas y allanamientos simultáneos en domicilios de las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires, y en el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza, que frustraron el plan de escape.

Si bien el helicóptero despegó de Gualeguaychú, debió aterrizar en un predio cercano al Country Club Banco de la Provincia de Buenos Aires, en la localidad bonaerense de Francisco Álvarez, por averías en su motor, lo que permitió su secuestro, junto a otros elementos de interés para la investigación.

También ese día se detuvo a dos colaboradores de Alvarado y se incautaron los vehículos en los que se transportaban dinero en efectivo, una pistola 9 mm (que fue hallada en el aeródromo desde donde despegó el helicóptero).

En los procedimientos desarrollados en el penal de Ezeiza se incautó un teléfono celular y un reloj inteligente, que estaba oculto en una media en el patio del complejo.

Finalmente, los integrantes de la organización también fueron indagados por la falsificación y alteración de la numeración de un objeto registrado de acuerdo con la ley, en tanto se encargaron de asentar en la parte exterior del helicóptero una matrícula falsa, correspondiente a una aeronave diferente.

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