
El caso de Iván Bazán, un vecino de Neuquén con discapacidad, expuso nuevas irregularidades dentro de la Cooperativa de Vivienda 127 Hectáreas. Desde 2018, aportó mensualmente cuotas sociales con la expectativa de acceder a un terreno ubicado en el Barrio La Sirena. A pesar de haber cumplido con los pagos durante ocho años, nunca le asignaron un lote ni recibió información precisa sobre su ubicación.
Bazán aseguró que el terreno jamás se le adjudicó y que tampoco recibió respuestas claras durante los años que mantuvo su vínculo con la cooperativa. “Siempre eran reuniones, excusas, vueltas. Nunca había nada concreto” indicó.
En 2018 comenzó a abonar una cuota social inicial de 500 pesos mensuales, que luego se incrementó de forma progresiva hasta alcanzar los 3.000 pesos. En todo ese tiempo, nunca se le entregó documentación ni plano alguno del terreno prometido. Cuando decidió retirarse de la cooperativa, reclamó la devolución del dinero invertido y la cifra que le ofrecieron fue muy inferior a lo que había pagado.
“Calculé que había aportado cerca de 312 mil pesos en total, pero me devolvieron una suma irrisoria” explicó Bazán. La indignación se incrementó al notar que no había avances en las obras y que el terreno seguía abandonado con malezas, escombros y ninguna infraestructura en desarrollo.
El caso de Iván no es aislado. Según su testimonio, muchas otras personas atravesaron situaciones similares. “Algunos se dieron cuenta antes y dejaron de pagar. Yo seguí creyendo que algún día me entregarían lo prometido” agregó.
Bazán, de 42 años, se gana la vida como vendedor ambulante en el Parque Central. Vive con su pareja en la casa de una señora que los refugió cuando atravesaba un momento de vulnerabilidad. En 2013, incluso llegó a dormir en el hospital debido a su situación de calle.
Ahora, ante la inminente situación de la cooperativa, decidió inscribirse en el Instituto Municipal de la Vivienda y el Hábitat (IMUH) que depende del municipio neuquino, con la esperanza de acceder finalmente a una solución habitacional digna. “Me dijeron que podrían contactarme dentro de dos o tres meses” contó.
A pesar de las dificultades, el damnificado aseguró estar dispuesto a seguir pagando si eso le permite tener su casa. “Trabajo, cobro una pensión, y si es necesario pido un préstamo. Lo único que quiero es un lugar para vivir” afirmó.
La situación de la cooperativa 127 Hectáreas ha sido denunciada en reiteradas ocasiones. Su presidente, Jorge Salas, enfrenta actualmente una causa judicial y habría sido desvinculado del Instituto Provincial de la Vivienda (IPVU). También trascendió que se ordenó el embargo de cuentas vinculadas a su gestión.