
Durante años, el dólar funcionó como referencia directa o simbólica para justificar aumentos, incluso en productos e insumos sin vinculación con importaciones o contratos en moneda extranjera. Ahora, con un tipo de cambio estable o en descenso, analistas y consumidores reclaman que los valores formados con dólar a $1400 o más comiencen a reacomodarse hacia abajo.
Según supo Noticias Argentinas, muchos precios en góndola se formaron en base a una estimación de devaluación que no ocurrió, y que llevó a márgenes de ganancia que hoy resultan excesivos. A esto se suma un esquema de promociones encubiertas que genera precios de lista inflados.
La caída del dólar debería implicar una revisión general de precios, sobre todo en alimentos y productos básicos, donde los márgenes financieros fueron claves. “Recortar esos márgenes y reflejar el nuevo dólar es clave para la baja efectiva de precios”, aseguran desde el sector mayorista.
Mientras tanto, los salarios en pesos siguen corriendo por detrás: las paritarias no logran recuperar poder de compra, ni en términos reales ni nominales. La inflación acumulada y el rezago salarial acentúan el malestar social, en un escenario donde las referencias de precios están cada vez más en discusión.