Fernando Palacios viajó directamente desde Azul hasta el predio de la AFA con el sueño de poder encontrarse con Lionel Messi. No imaginaba toparse con un operativo policial tan fuerte, pero cuando llegó y vio el enorme despliegue no bajó los brazos y se puso a caminar buscando algún hueco por el cual filtrarse. Sin que nadie lo advirtiera, se coló en la concentración y llegó hasta el mismísimo Leo.
«No pensé en las consecuencias, lo viví con mucha gracia y fue algo lindo», aseguró después de haberse convertido en el hombre más odiado por las autoridades que custodiaban a los jugadores de la Selección Argentina.
Asegura que lo hizo sin maldad, que solo quería cumplir su sueño y que está feliz de haber podido lograrlo. No piensa en el riesgo que corrió y no se siente arrepentido: «Lo volvería a hacer».
Con lujo de detalles relató cómo fue su aventura hasta el vestuario del predio donde deambulaban todos los campeones del mundo. Empezó bien lejos y terminó sentado junto a su ídolo: «Pasé por atrás, por el bosque. Me mandé por ahí y llegué a la cancha de beisbol. En ese momento vi la posibilidad de seguir avanzando. Me topé con un cordón policial y me hice el distraído, iba pasando desapercibido, hasta que llegué al predio de la AFA. Me dividía solo una reja, busqué un hueco, vi la posibilidad de ingresar y me mandé».
«Tenía toda la ilusión, me llevaba la pasión, era mucha la emoción que tenía», añadió el joven que estudia para ser director técnico y que deseaba también tener un encuentro con Chiqui Tapia y Lionel Scaloni («para poder contarle y preguntarle si pueden darme una mano para poder ver un entrenamiento»).
Luego dejó en evidencia las falencias del operativo de seguridad. «Me preguntaron si era de Adidas, dije que sí, vi a los periodistas y me dijeron que Messi estaba en el vestuario. Hablé con Alexis, con Buendía, lo saludé a Di María, ingresé al vestuario y lo veo a Leo que me mira».
Sobre su breve encuentro con el Diez, relató: «Le dije: ‘Gracias por tantas alegrías’. Le doy la mano y lo veo que estaba muy sorprendido por verme y le pedí una foto. Me dijo que sí, me saqué selfie y aparece un utilero que me vino a echar».
«ESTUVE DEMORADO PERO NO DETENIDO»
Ya su presencia allí había causado demasiado alboroto y las autoridades intervinieron: «Yo ya había cumplido mi sueño, la foto salió medio mal. Me sacaron y me rodearon ocho policías. Me sacaron el celular, me demoraron, me hicieron un acta y después me liberaron, no pasó a mayores», relató Palacios en diálogo con TN.
Al ser consultado sobre sus actos, Fernando no se mostró arrepentido, más bien todo lo contrario: «Solo fui detrás de la pelota. Fui consciente de lo que hice después de haberlo hecho. En ese momento me llevó la pelota, fui sin mala intención».
«Nunca tuve miedo porque no tuve mala intención. Hay cosas peores. No me arrepiento, estoy muy contento».
