El cadáver de Beatriz Irma Zaramati, jubilada, y de 78 años, fue hallado ayer a las 17.30 por la tarde en su casa de la calle Blanco Encalada 1047 de Mar de Ajó, por su propio hijo, Sergio Omar Santana (53), concejal por el PRO en el Partido de la Costa.
La mujer vivía sola en ese complejo de dúplex donde tenía otras unidades que alquilaba a terceros.
Según lo que explicó, Santana pasó a visitar a su madre, luego de haber estado unos días de vacaciones.
La mujer estaba tendida en piso de la cocina y se presume que estaba cocinando cuando fue atacada por el asesino, ya que una de las hornallas estaba encendida.
El médico forense que revisó el cadáver en la escena del crimen determinó que la víctima presentaba una lesión en el cráneo producida por un elemento contundente.
«Le pegaron con la churrasquera. La mataron a golpes con ese elemento», dijo a Télam un jefe policial que participa de la pesquisa.
Según la primera estimación forense de la data de muerte, Beatriz fue asesinada entre las 20 y las 23 horas del domingo último, es decir, un día antes del hallazgo.
Una fuente judicial explicó a esta agencia que la hipótesis de un robo se analiza porque «falta una cajita donde la mujer guardaba dinero», aunque aclaró que más allá de una silla caída, no se halló «nada revuelto».
La causa está en manos del fiscal Martín Prieto, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 De La Costa, quien dirigió las primeras diligencias y tareas investigativas en la escena del crimen y supervisó el trabajo de los peritos de Policía Científica.
La bifera que se cree fue empleada como arma homicida fue preservada y secuestrada por los peritos para ser analizada en el laboratorio ante la posibilidad de hallar «ADN de contacto» del autor del crimen.
A nivel policial, el fiscal Prieto puso a trabajar en el caso a personal de la comisaría de Mar de Ajó y detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Dolores.