La iniciativa, que publica el sitio web de la UNRC, trata de un proyecto asociativo público y privado entre el Instituto para el Desarrollo Agroindustrial y de la Salud (IDAS) de la UNRC, junto a la empresa Canale.
El desarrollo y futura fabricación industrial proyecta generación de nuevos empleos, además de mejoras de la economía regional, a partir de la transferencia de esta tecnología.
El informe sostiene que con el desarrollo del reactor de biomasa se pretende alcanzar la “independencia tecnológica del país”, al afirmar que ni en Argentina ni en Latinoamérica se producen estos dispositivos con capacidad para convertir la biomasa en un gas combustible”, comúnmente, llamado gas de síntesis (syngas, en inglés).
Estos reactores trabajan con residuos de origen industrial, como astillas de madera de los pallets que se usan como combustible para lograr gas de síntesis, que se utiliza para alimentar motogeneradores que producen energía eléctrica”.
Leonardo Molisani, director del equipo de trabajo sobre el proyecto, que ya cuentan con un reactor piloto de generación de unos 500 KVA eléctricos en la localidad de Colonia Caroya, y que en el predio de la UNRC “se están desarrollando y estudian pequeñas plantas de gasificación, con potencia de 25 kilovatios”, que son analizados para alcanzar la optimización.
En sentido Molisani dijo que los desafíos son el de “aumentar el rendimiento, es decir, la conversión de la biomasa (scrap de madera) en gas de síntesis”.
Para la puesta en marcha del desarrollo del proyecto, la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación del Gobierno Nación aportó $ 35 millones; la empresa Canale de Colonia Caroya $ 8,3 millones y la UNRC $ 17 millones, detalla el informe. (Télam)