La atrofia muscular espinal (AME) es una enfermedad de origen genético y es progresiva, va generando debilidad y atrofia en los músculos de todo el cuerpo, afectando la motricidad de los pacientes y su capacidad para caminar, hablar, respirar y tragar, pudiendo poner en riesgo su vida.
Es la causa genética más común de mortalidad infantil y una de las enfermedades raras más frecuentes, dado que afecta aproximadamente a 1 de cada 6 mil a 10 mil recién nacidos. A partir de un promedio de 726 mil nacimientos anuales en nuestro país, habría alrededor de 70 nuevos casos cada año en Argentina.
Los padres y pediatras pueden sospecharla si el bebé está notablemente débil o si no logra alcanzar determinados hitos de su desarrollo, como mantener la cabeza erguida, rolar, mantenerse sentado, pararse o caminar. AME no es la única condición que puede causar debilidad o retraso en el cumplimiento de esos hitos, por lo que se necesitan más estudios específicos para dar con el diagnóstico certero, que suelen indicarse a partir de la derivación a un neurólogo. Tras haber sido aprobado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), ya está disponible en nuestro país el uso de risdiplam, un nuevo medicamento para tratar la AME.
“Hasta hace pocos años, la AME era una enfermedad devastadora, para la que no contábamos con tratamientos que modificaran su evolución y el deterioro era progresivo e inevitable. Hoy, con los avances recientes y los estándares de cuidado, tenemos un horizonte mucho más prometedor, porque la llegada de terapias específicas está cambiando la manera en que abordamos la enfermedad y se observan progresos concretos, antes impensados”, sostuvo el Dr. Javier Muntadas (MN N° 92.221), neurólogo infantil, Jefe de la Sección Patología Neuromuscular del Hospital Italiano de Buenos Aires y miembro del grupo de trabajo de enfermedades neuromusculares de la Sociedad Argentina de Neurología Infantil (SANI).
Risdiplam está indicado para tratar el subtipo AME 1 (que se manifiesta en bebés menores de 6 meses y pone en riesgo su vida), el subtipo AME 2 (que aparece entre los 7 y los 18 meses y también pone en riesgo la vida) y también para AME 3 (aparece entre los 2 y 17 años, los niños pueden llegar a caminar, pero muchos perderán su capacidad de hacerlo). Por lo tanto, puede indicarse para jóvenes y adultos con AME, quienes presentan trastornos motrices progresivos.
“La AME no es una enfermedad estrictamente pediátrica: más del 25% de los pacientes son adultos, una comunidad que esperaba ansiosamente novedades terapéuticas y definitivamente se beneficiará de poder frenar o demorar el deterioro muscular y de mejorar su motricidad fina y gruesa”, explicó el Dr. Alberto Dubrovsky (MN N° 41.472), Jefe de la Unidad de Enfermedades Neuromusculares de la Fundación Favaloro.
Este medicamento, el primer tratamiento neuromuscular de Roche, es la primera terapia oral autoadministrada por los mismos pacientes o cuidadores en el hogar, sin necesidad de acercarse a una institución de salud. Se toma por boca una vez al día o se administra por vía parenteral o sonda nasogástrica, si estuviera afectada la capacidad de tragar.
Sobre este punto, el Dr. Dubrovsky especificó además que, con el tiempo, un número significativo de pacientes con AME desarrolla escoliosis severa, requiriendo corrección quirúrgica de la misma, por lo que luego se dificulta o imposibilita la administración de otras medicaciones para esta enfermedad mediante la punción lumbar. “En ese contexto, una opción de toma oral simplifica enormemente el tratamiento y da una oportunidad a quienes ya no puedan recibir medicación de otra manera, lo que viene a dar respuesta a una necesidad médica insatisfecha”, dijo.
De todos modos y aunque las nuevas terapias farmacológicas están cambiando la evolución de esta enfermedad, el Dr. Muntadas reconoció: “No son suficientes para que el paciente mejore realmente y pueda sostener ese progreso en el tiempo. Es necesario implementar un abordaje integral que incluya rehabilitación kinesiológica, fonoaudiológica y motriz, junto con un plan nutricional, entre otros aspectos críticos”.
Los beneficios de la nueva medicación
Para obtener la aprobación regulatoria en Argentina y en el resto del mundo, se presentaron resultados de diversos estudios clínicos. Uno es el FIREFISH (AME 1), con seguimiento a tres años, en el que más del 90% de los niños que recibieron risdiplam alcanzaron progresivas mejoras en parámetros directos y objetivos de motricidad, como mantenerse sentados sin apoyo por determinada cantidad de segundos, así como poder tragar y alimentarse por vía oral, aspectos que no se logran en el curso natural de la enfermedad, sino que por el contrario se deterioran o pierden. También redujeron progresivamente sus hospitalizaciones.
Otro estudio, el SUNFISH, evaluó la mejora de la motricidad fina y gruesa en niños y jóvenes de 2 a 25 años (con AME tipos 2 y 3). Todos los avances que se habían observado en el primer año se sostuvieron a los tres años, resultados que confirman la eficacia y seguridad de risdiplam a largo plazo en una población amplia y heterogénea como es la de pacientes con AME tipos 2 y 3.10
En total, el programa de investigación clínica incluye más de 450 pacientes. Otro estudio, llamado JEWELFISH, evalúa el uso de esta medicación para pacientes previamente tratados con otra medicación. (NA)