El chofer de la línea 116 de Santiago del Estero anunció que no se estaba sintiendo bien. Eran las 13 y más de 30 pasajeros viajaban en el micro que circulaba por la calle Suárez, entre ellos Facundo Zerda Sosa, un estudiante de 5to año que volvía a clases después de su jornada escolar.
Le ofrecieron caramelos al colectivero, para ver si lograban reanimarlo pero no hubo caso y, justo en el momento en que dobló la unidad para tomar la Avenida Colón, el hombre se desvaneció. La situación se volvió dramática porque el pie del chofer apoyó a fondo el acelerador y la velocidad del colectivo se elevó en segundos.
«Repentinamente, se desmayó y comenzó a pisar el acelerador con la fuerza de su propio cuerpo«, comentaron los espectadores de esta inesperada escena, detalló el medio local Diario Nuevo. El vehículo estaba fuera de control y los pasajeros buscaron algo de lo que agarrarse para el impacto que se vendría.
Entonces Facundo saltó de su asiento y fue hacia el lugar del conductor. El chico de apenas 16 años se hizo cargo de la situación, movió al chofer y logró correr su pie del acelerador. De inmediato el adolescente de 16 años pisó el freno con todas sus fuerzas y logró que el colectivo perdiera velocidad.
Frenó y todos los pasajeros respiraron aliviados. La tensión se alivió con un estruendoso aplauso dedicado exclusivamente a Facundo, el gran héroe de la tarde que salvó a más de 30 personas con su rápida reacción. La pesadilla había terminado.