La audiencia comenzará hoy a las 9 en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de Morón, ubicado en la sede de Colón 151, que juzga a Diego Hernán Herrera (39) por el delito de «robo simple en concurso real con homicidio criminis causa», delito que prevé prisión perpetua, en perjuicio de Lucinda Palavecino (78).
«Pido justicia, que le den la máxima pena posible porque esta persona hasta el año pasado pedía la excarcelación y por suerte se la negaron. Esta persona no puede seguir entre nosotros porque es una bestia», dijo Alejandra Álvarez, nieta de la víctima.
En el mismo debate oral que tendrá audiencias el lunes, martes y miércoles con el fiscal Adrián Ferreyra en la acusación, Herrera será juzgado por otras dos causas: la tentativa de homicidio de una mujer, a la que golpeó y le clavó un cuchillo para robarle dinero y una moto, y un abuso sexual sin acceso carnal de una adolescente de 15 años, todos cometidos en viviendas de la localidad de Libertad.
«Siempre acechaba igual, pateaba puertas y entraba por la fuerza, en Hurlingham hacía lo mismo pero zafaba porque nunca lo agarraban hasta que mató a mi abuela», añadió Alejandra.
Por el asesinato de Lucinda declararán algunos testigos ante los jueces Rodolfo Castañas, Carlos Torti y Humberto González, entre ellos el vecino que vio a Herrera adentro de la casa de la víctima al momento del hecho y un matrimonio que observó cuando salió del lugar.
«Esta persona siempre escapaba pero en este caso los vecinos actuaron y lo agarraron a una cuadra de la casa de mi abuela», explicó la nieta.
El hecho ocurrió el 24 de junio de 2020, alrededor de las 23, en una vivienda ubicada en la calle Malvinas al 500 de la localidad bonaerense de Libertad, en el partido de Merlo, en el oeste del Gran Buenos Aires, donde residía la jubilada.
En momentos en que Lucinda salió a la vereda a sacar la basura, fue sorprendida por el delincuente, que la golpeó y la obligó a ingresar dentro de la propiedad, con fines de robo, circunstancia que fue advertida por un vecino de Palavecino que regresaba a su domicilio.
«Este muchacho la vio a mi abuela cuando salió y momentos después escucha los gritos, por eso empezó a sospechar de que algo pasaba», recordó Alejandra.
Una vez dentro, Lucinda comenzó a gritar, por lo que el asaltante la golpeó fuertemente en el rostro y la cabeza, con un martillo.
En tanto, afuera de la casa comenzaron a juntarse vecinos y familiares de Palavecino enterados de la entradera.
Ante esta situación, el ladrón se asomó por una ventana y afirmó ser sobrino de la víctima, lo que fue desmentido por uno de los vecinos, que conocía personalmente al verdadero familiar.
Por este motivo, las personas entraron a la vivienda y el ladrón intentó escaparse por el fondo de la propiedad, pero finalmente fue capturado a una cuadra.
Luego de ser reducido por vecinos Herrera fue trasladado a la comisaría 4ta. de Merlo, mientras que en la propiedad los peritos secuestraron un martillo con el que golpeó a la víctima.
En tanto, el 1 de julio Lucinda falleció en el sanatorio San Juan Bautista de Merlo, donde permaneció internada en coma y conectada a un respirador artificial como consecuencia de una fractura de cráneo.
El fiscal de instrucción, Sergio Dileo, a cargo de la investigación y titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 6 del Departamento Judicial de Morón, comenzó a investigar lo sucedido e indagó al acusado, quien se negó a declarar.
Herrera tenía antecedentes por delitos contra la propiedad y se había ordenado su detención por otra causa en la cual se lo acusa por el abuso sexual sin acceso carnal de la adolescente.
«Siempre acechó de la misma manera, actuaba solo y era una bestia porque las golpeaba de una manera muy salvaje», concluyó su nieta. (Télam)