«Hasta 5,3 millones de personas en Siria podrían haberse quedado sin dónde vivir a causa del sismo», dijo en Damasco a la prensa Sivanka Dhanapala, representante en el país del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
La agencia AFP consignó que el representante dijo que, según cálculos de la ONU, 5,37 millones de damnificados necesitarán ayuda para alojarse en distintos puntos de Siria.
«Es un número muy elevado, y afecta a una población que ya estaba sufriendo un desplazamiento masivo», añadió.
Según él, lo ocurrido ahora es «una crisis dentro de una crisis», después de los problemas económicos, el covid-19 y los rigores del invierno, que se suman a la larga guerra civil iniciada en 2011.
Los sobrevivientes del terremoto en Siria acudieron a los campamentos creados para los desplazados a causa de la guerra civil.
Muchos perdieron sus casas o tienen miedo de regresar a unos edificios dañados por el temblor.
El sismo costó la vida a más de 30.000 personas, de las cuales más de 3.500 en territorio sirio, mientras que en la guerra siria murieron alrededor de medio millón de personas.
La contienda obligó a huir de sus casas a cerca de la mitad de la población que sumaba el país antes de la guerra. Muchos de ellos encontraron cobijo en la vecina Turquía.