
Según relató Salgado, la joven fue interceptada por un hombre que se presentó como obrero de la construcción, la acosó con comentarios intimidantes y luego la tocó, intentó abrazarla y la besó en la cabeza.
“Ella se paralizó por el miedo. Intentaba pedir ayuda con la mirada y las manos. Una chica pasó corriendo y no hizo nada, pero por suerte otra sí la ayudó”, explicó la consejera.
El agresor escapó ingresando a un edificio cercano, presuntamente habitado por trabajadores de una obra en construcción. La empresa negó que el hombre sea uno de sus empleados, pero decidió desalojar a todos los obreros del inmueble, lo que generó sospechas. “Todo parece indicar que alguien lo encubrió. Si no era obrero, ¿por qué la empresa decidió desalojar el edificio?”, cuestionó Salgado.
El periodista Rigo Castaño, quien entrevistó a la consejera y visibilizó el caso en Radio 7, también se pronunció con firmeza: “Esto no es una situación incómoda ni una forma de seducción. Es un delito sexual, así como suena. Y lo más perverso es que aún hoy algunos insisten en que puede ser confundido con una forma de acercarse”.
Castaño hizo énfasis en la importancia de actuar frente a estas situaciones: “Cuando alguien pide ayuda, aunque sea con la mirada, hay que intervenir. Esa chica que se detuvo puede haber evitado algo mucho peor”.
Salgado señaló además que la víctima no quiso contarle a su familia por miedo a que le prohíban seguir cursando. “No lo habló con sus compañeros y recién pudo empezar a procesarlo a través de los medios, sin exponerse. Por eso vamos a presentar este caso en el Consejo Superior de la Universidad. Necesitamos que se tomen cartas en el asunto. Esto también puede llevar a una joven a abandonar sus estudios”.
La denuncia fue radicada en la Comisaría 1° de Neuquén y se espera que la universidad avance en la implementación de protocolos efectivos para prevenir y actuar frente al acoso. Mientras tanto, la estudiante afectada continúa yendo a clases, pero solo acompañada.