Un grupo de arqueólogas argentinas realizó importantes descubrimientos en una tumba egipcia ubicada en inmediaciones de la reconocida ciudad de Luxor.
Se trata de la tumba de Amenmose, un artesano y cantero que se destacó durante el denominado Reino Nuevo y que fue enterrado en Sheikh Abd el-Qurna.
«Logramos encontrar la entrada original de la tumba, que estaba cubierta por unos siete metros de sedimentos. Ahí encontramos dos jambas con inscripciones: el nombre de Amenmose y una fórmula de ofrenda y además una imagen de él con una mesa de ofrendas. Todo eso nos va a aportar una serie de conocimientos a los que ya teníamos de la tumba», contó la profesora de Historia Andrea Zingarelli.
La coordinadora del Proyecto Amenmose señaló que, tras hallar la entrada original de la tumba, «se encontraron materiales de diverso tipo: hallazgos faraónicos, como textiles de lino con restos de representaciones, que eran los que portaban las momias; una oreja de madera pintada, que se conoce del Período Tardío que era para escuchar las plegarias; guirnaldas secas de flores; conos funerarios con inscripciones con los nombres de los propietarios de las tumbas; restos de cartonaje pintados, con inscripciones jeroglíficas; restos humanos momificados; restos de fayenza pintada, con una inscripción coopta».
«También se encontraron copias de objetos faraónicos y otros objetos de los habitantes purnawi que nos sirven para datar el estrato: un sello de una familia de 1927; monedas de distintas procedencia, como una estadounidense de 1973, una británica del 71, una japonesa de 74, una griega del 76, una rusa del 98; restos de una bala; botellas de vidrio; un certificado de nacimiento de un hombre que nació en el 57», añadió.
Las integrantes del proyecto son de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y del Conicet: arribaron el pasado 11 de febrero a Egipto para comenzar la tercera campaña arqueológica del Proyecto Amenmose y permanecerán allí hasta el próximo viernes.
En 2022, cuando se encontraban planificando este viaje, Zingarelli había explicado a Noticias Argentinas que uno de los principales objetivos de esta etapa era «poder liberar la entrada original», ya que hasta el momento ingresaban a la tumba «a través de un pequeño boquete de 50×37 centímetros por una tumba vecina».
La conductora del Proyecto Amenmose, marplatense de nacimiento y platense por adopción, había indicado que detalló que la meta de la iniciativa arqueológica es «restaurar y estudiar en profundidad» el lugar y sus destacadas pinturas y relieves, que tienen más de 3.500 años de antigüedad.
Anteriormente, en la década de 1980 un grupo de científicos japoneses había realizado una investigación superficial de este monumento y sus conclusiones sólo fueron publicadas en el idioma nipón. Gracias a las dos primeras campañas de este grupo de argentinas, «los textos de las paredes de la tumba están casi todos traducidos», destacó la profesora de Historia devenida en egiptóloga.
Además de estudiarla, la comitiva argentina también buscará preservarla para el futuro: «Hubo muchas intervenciones, caras rayadas, destruidas. Hubo gente viviendo, haciendo fuego. Incluso había ganado. Hasta 2008 vivió población en esta zona».
Para poder llevar adelante la campaña arqueológica, las científicas se valen de los fondos que logran recaudan: «Básicamente el proyecto se sustenta con aportes de colegas, familiares, amigos», comentó Zingarelli.
Quienes quieran aportar a la iniciativa arqueológica pueden donar dinero a través de la app Cafecito ( https://cafecito.app/proyectoamenmose ) o mediante transferencia bancaria ( Asociación Civil Amenmose Egipto: CBU 0110030340003025710680 – Alias EGIPTO.TUMBA.318 ).
Además del trabajo en el desierto egipcio, los miembros del Proyecto Amenmose difunden sus conocimientos en escuelas: «Queremos que ésto salga del ámbito académico y que haya transmisión del conocimiento», remarcó la profesora de Historia.