Los trabajos en curso y los desafíos enfrentados
Actualmente, los trabajos se centran en la colocación de losas de aproximación, necesarias para vincular el puente con los terraplenes de acceso, además de la pavimentación y la construcción de cordones. Estos elementos son fundamentales para garantizar la seguridad y funcionalidad del puente, que se extiende a lo largo de siete tramos de 42 metros cada uno, sostenidos por pilas y vigas ménsulas.
Uno de los principales retos ha sido la complejidad del diseño estructural, que incluye seis pilas ancladas y tímpanos que deben soportar las fuertes corrientes del río en la zona. Adicionalmente, las condiciones climáticas adversas de la Patagonia han dificultado la continuidad de los trabajos, especialmente durante el invierno, cuando las temperaturas extremas y las nevadas complican el acceso y el movimiento de equipos.
Impacto en la región y expectativas
A pesar de los retrasos, el puente es visto como un avance significativo para la región. Con dos carriles destinados al tráfico vehicular, promete descongestionar las rutas actuales y mejorar el flujo de transporte. Además, su ubicación estratégica lo convierte en un motor potencial para el turismo, facilitando el acceso a destinos icónicos de la Patagonia y mejorando la conexión entre localidades del sur neuquino.
El impacto económico también es prometedor. Al reducir los tiempos de transporte y fortalecer las rutas comerciales, el puente ayudará a consolidar a Neuquén como un punto clave para el desarrollo regional.
Preocupaciones y llamados a la seguridad
Mientras se avanza en las obras, Vialidad Nacional ha instado a los conductores a extremar las precauciones en los tramos cercanos al puente, donde los trabajos continúan. Asimismo, ha recordado la importancia de consultar el estado de las rutas antes de viajar, dadas las condiciones variables y los desvíos en la zona.
El futuro del Puente de La Rinconada
Aunque aún no hay una fecha definitiva para su inauguración, la finalización de esta obra marcará un antes y un después en la infraestructura vial de la Patagonia. Más allá de los desafíos, el Puente de La Rinconada se perfila como un símbolo de progreso y conectividad para Neuquén y toda la región.