En diálogo con Radio 7, Mabel Lizama, agente sanitaria del barrio Colonia Rural Nueva Esperanza, explica que la mayor preocupación son los adultos mayores que tienen necesidades básicas y que muchos son pacientes crónicos.
“Son adultos mayores que viven arriba en la Colonia y tiene muchas complicaciones, les cuesta tomarse un colectivo. Trabajo con ellos, tengo que recorrer más de 34 manzanas y zonas de alrededores, no doy abasto», explicó Mabel.
Con el cambio de gobierno nacional y los recortes que tiene la provincia, no favorece a mejorar la situación en los barrios más vulnerables de la ciudad. “Este año se pudo trabajar con la comisión del barrio Colonia Nueva Esperanza, que les brindan un espacio y realizan tareas recreativas. Son abuelos que están solos, sin la contención familiar y sin ayuda. Algunos están con y sin pensiones, están a la deriva”, advierte Lizama.
Estos adultos mayores están a la espera de un relevamiento que pueda brindar un registro que sirva para conocer el estado de la población adulta y sus necesidades. ”Hace diez años que trabajo en el barrio nunca recibimos a nadie que venga a relevar a los adultos. Tenemos casi 250 pacientes crónicos, pacientes con medicamentos, hipertensos, diabéticos”, sostuvo Lizama.
Además de la falta de medicamentos y atención médica, los abuelos del barrio Colonia Rural Nueva Esperanza, se les suma una nueva preocupación y es no contar con el bono de gas, subsidio que los ayuda a solventar el costoso gasto de las garrafas que este año oscila los $12.000 pesos en los barrios. “Este invierno creo que se las van a ver bastante difícil”, sostuvo Mabel.