El mercado del petróleo se encuentra en una fase compleja y volátil, afectado por diversos factores geopolíticos, económicos y estructurales. Uno de los principales elementos que impactan en los precios es la posible disminución de la demanda de crudo en China, el mayor importador mundial de petróleo. Este hecho, combinado con las tensiones crecientes en el Estrecho de Ormuz debido al conflicto entre Israel e Irán, y las posibles medidas de la OPEP+, está generando expectativas de precios más elevados en el corto plazo.
Contexto de la demanda de petróleo en China
China ha sido durante años uno de los motores de la demanda mundial de petróleo, impulsada por su rápido crecimiento económico y su expansión industrial. Sin embargo, en 2024 se observa una desaceleración significativa de su economía debido a varios factores: la ralentización de su sector inmobiliario, la baja en las exportaciones y la reducción de la demanda interna, que afectan directamente su consumo energético.
El sector manufacturero chino, uno de los principales consumidores de energía, ha mostrado signos de contracción, lo que ha disminuido las compras de crudo. Además, las políticas de transición energética de China, que apuntan a aumentar la cuota de energías renovables en su matriz energética, también han incidido en una menor demanda de combustibles fósiles. Esta reducción en el consumo chino está ejerciendo una presión a la baja sobre los precios del petróleo, ya que el país representa alrededor del 16% de la demanda global de crudo .
Sin embargo, aunque China ha reducido su demanda de petróleo, no se espera que este factor por sí solo lleve a una caída significativa de los precios, ya que otros elementos clave están ejerciendo presión en el sentido contrario.
El conflicto en el Estrecho de Ormuz
El Estrecho de Ormuz es una de las rutas marítimas más estratégicas del mundo, ya que por allí transita cerca de un tercio del petróleo que se consume globalmente. Cualquier interrupción en esta zona tiene un impacto inmediato en los precios del crudo debido a las preocupaciones sobre la oferta mundial.
En octubre de 2024, las tensiones entre Israel e Irán, exacerbadas por el apoyo militar de Estados Unidos a Israel, han aumentado la posibilidad de un conflicto mayor en la región del Golfo Pérsico. Irán ha amenazado en varias ocasiones con bloquear el Estrecho de Ormuz si es atacado, lo que representaría una disrupción significativa en los flujos de petróleo desde los países del Golfo hacia los mercados internacionales.
La intervención militar de Estados Unidos en apoyo a Israel y las constantes amenazas de Irán de cerrar el Estrecho han generado un aumento en las primas de riesgo para los seguros de transporte marítimo en la región. Este incremento en los costos, sumado al temor de posibles sanciones o bloqueos, está ejerciendo una presión alcista sobre los precios del petróleo, ya que los mercados se anticipan a posibles interrupciones en la oferta.
La respuesta de la OPEP+
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados, conocidos como OPEP+, juegan un papel crucial en la estabilización de los precios del petróleo. En los últimos años, la OPEP+ ha implementado políticas de recortes en la producción con el fin de equilibrar el mercado y evitar caídas bruscas en los precios. Esta estrategia ha tenido éxito, especialmente tras la pandemia de COVID-19, cuando la demanda de petróleo cayó drásticamente, y los recortes de producción ayudaron a sostener los precios .
En 2024, la OPEP+ enfrenta el reto de mantener el equilibrio entre una demanda global en desaceleración (debido a la menor demanda de China y a la transición energética en varios países) y los riesgos geopolíticos en el Medio Oriente que pueden interrumpir la oferta. En su más reciente reunión, la OPEP+ decidió mantener los recortes de producción, lo que sugiere que los países productores están más enfocados en garantizar un precio elevado del crudo, incluso si eso significa reducir la oferta disponible.
Además, Arabia Saudita y Rusia, dos de los principales productores dentro de la OPEP+, han señalado que continuarán con su política de reducción de exportaciones para evitar que el precio del petróleo caiga por debajo de los 85 dólares por barril. Esta estrategia tiene como objetivo mantener la estabilidad en los ingresos fiscales de estos países, altamente dependientes de las exportaciones de hidrocarburos .
Factores adicionales en juego
Otro factor a considerar es el posible impacto de los avances tecnológicos en la extracción de petróleo. Las mejoras en la eficiencia de las operaciones de shale en Estados Unidos y en otras regiones podrían aumentar la oferta global de crudo en los próximos meses, contrarrestando parte del efecto de los recortes de la OPEP+. Sin embargo, la incertidumbre sobre la capacidad de expansión de la producción shale en un contexto de altos costos y regulaciones más estrictas también introduce volatilidad en las proyecciones de precios .
Por otro lado, los esfuerzos de varios países por acelerar la transición hacia energías renovables y reducir su dependencia del petróleo a largo plazo, especialmente en Europa y América del Norte, son factores que podrían moderar la demanda mundial. No obstante, a corto plazo, la dependencia del petróleo sigue siendo alta, y cualquier disrupción en el suministro sigue afectando fuertemente a los precios.
Escenarios posibles en el corto plazo
En resumen, el precio del petróleo en el corto plazo está marcado por la interacción entre la moderación de la demanda en China, las tensiones geopolíticas en el Estrecho de Ormuz y las decisiones estratégicas de la OPEP+. Si las tensiones en el Golfo Pérsico se intensifican, es probable que los precios del petróleo aumenten considerablemente, posiblemente superando los 100 dólares por barril debido a las interrupciones esperadas en el suministro. Por otro lado, si China no logra reactivar su demanda de manera significativa, esto podría moderar el impacto alcista de las tensiones geopolíticas.
La OPEP+ seguirá siendo un actor clave en la configuración del mercado, y es probable que mantenga su política de recortes en la producción para asegurar precios altos, especialmente si persisten las incertidumbres en torno a la oferta global. A corto plazo, es probable que el precio del petróleo se mantenga en niveles elevados, con una gran sensibilidad a cualquier desarrollo en las tensiones en el Medio Oriente y a las decisiones de política económica en China.