Los próximos vencimientos que Argentina deberá afrontar ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) operan en el último tercio de junio, lo cual ofrece una ventana de tiempo para avanzar en la reformulación del acuerdo.
Si bien el mercado financiero, las empresas y los agentes económicos en general buscan una definición de cómo sigue la relación con el organismo internacional, la ausencia de obligaciones a saldar en las próximas cinco semanas quita urgencia desde el punto de vista legal y operativo dada la situación de reservas del Banco Central.
“Luego del vencimiento hay un plazo de 60 o 90 días para pagar y recién luego se cae en atrasos, sin excepción”, explicó a este medio Claudio Loser, al ser consultado sobre las opciones que tiene Argentina en caso de no lograr consensuar las nuevas metas con el organismo.
De todas formas, la pretensión del gobierno es acordar tan rápido como se pueda para darle certidumbre a la economía en momentos en que se lucha para frenar la tasa de inflación y evitar una profundización de la recesión.
Según el cronograma oficial, Argentina deberá pagarle al FMI US$ 926 millones el 21 de junio y un día después US$ 1.787 millones. En principio, estos pagos se realizarían con parte de los DEGs (Derechos Especiales de Giro, la moneda del FMI) que Argentina aún computa en sus reserva de envíos anteriores.
Pero desde el Ministerio de Economía se trabaja para cerrar el acuerdo antes de esa fecha y por consiguiente obtener el desembolso programado por una suma similar.
En las últimas horas, fuentes cercanas a la negociación relativizaron que esa suma trepa hasta los US $10.000 millones. “Necesitamos un puente hasta agosto y no es tanto”, señalaron.