El cuerpo de Andrés “Pillín” Bracamonte fue enterrado en un cementerio de una localidad cercana a Rosario y unos 10 familiares lo despidieron en una ceremonia íntima, confirmaron fuentes periodísticas locales a la Agencia Noticias Argentinas.
Luego de varias horas de incertidumbre sobre dónde iba a ser enterrado el jefe de la barra de Rosario Central, ya que muchos cementerios y cocherías se negaron a trasladarlo por seguridad, en la noche del lunes el cuerpo de Bracamonte habría sido enviado a la localidad de Ibarlucea.
Desde el medio LT3 habían destacado que por la tarde del lunes el cadáver de “Pillín” continuaba en el Instituto Médico Legal, donde le practicaron la autopsia, sin un destino definitivo dado que “se consultaron con alrededor de 19 cocherías o velatorios”.
Aun así, bajo un hermetismo total, cerca de las 22 se concretó la derivación del cuerpo, aunque las autoridades no dieron información para evitar futuros problemas en la zona.
Esto se debe a que, frente al doble crimen ocurrido el sábado por la noche, los vecinos temen represalias y enfrentamientos de distintas bandas, así como también por quién se quede con el liderazgo de la barra de Central.
Asimismo, un grupo de 10 familiares le dieron el último adiós en una despedida pequeña y rápida para disminuir los movimientos.
Se informó que se incrementaron los patrullajes en la ciudad santafesina para evitar conflictos, pero el miedo y la incertidumbre todavía se apoderan de Rosario.
Andrés ´Pillín´ Bracamonte presagió su fatal desenlace
El jefe de la barra brava de Rosario Central presagió su asesinato hace algunas semanas atrás en una entrevista y advirtió qué iba a pasar en la ciudad santafesina si eso ocurría.
“Si me matan la ciudad se incendia. Los Menores se quieren quedar con parte de la ciudad. Cuando me dispararon en el parque Alem Los Monos me ofrecieron hacer una cacería esa misma noche. Me ofrecieron diez autos con gente armada para salir a buscar a los que me habían disparado. Yo los paré porque no quiero volver a la cárcel”, manifestó.
En distintas notas el jefe de la barra había señalado que fueron casi 30 las veces que intentaron asesinarlo, algo que se concretó después del partido con San Lorenzo donde fue asesinado junto con su colega Daniel “Rana” Attardo.