
El Obispo Croxatto recordó cómo el Papa Francisco, desde su llegada al papado en 2013, adoptó una postura de cercanía con los más necesitados y un compromiso con la pobreza, un principio que marcó toda su trayectoria. En sus palabras, destacó la sencillez del Papa y su opción por vivir en Santa Marta, lejos de los lujos del Vaticano, como un símbolo de su humildad y su deseo de estar cerca de la gente común, especialmente aquellos que sufren.
«Francisco no se alojó en el Vaticano como tradicionalmente lo hacen los Papas. Él decidió estar con los más pobres, en Santa Marta, cerca de todos. Esta elección muestra su humildad y su profundo compromiso con los más necesitados», expresó Croxatto. Además, subrayó que el Papa Francisco siempre fue firme en su trabajo por la paz y la fraternidad universal, incluso en su último día, cuando continuó pidiendo por la paz y la fraternidad como legado en su vida.
Un aspecto significativo que destacó el Obispo Croxatto es el fallecimiento del Papa Francisco en el contexto de la Pascua, la fecha más importante para los cristianos. Para Croxatto, el hecho de que el Papa haya partido en este día tan significativo es un signo profundo: «Es un signo muy grande, porque Francisco, quien tanto trabajó por la vida, fallece en el día en que celebramos la vida nueva», comentó.
El Papa Francisco, en su última aparición, mostró su compromiso con la fe y su amor a la Iglesia hasta el último momento. Su fallecimiento justo después de Domingo de Pascua resalta la resurrección y la renovación de la vida, valores profundamente reflejados en su pontificado.
Croxatto también destacó que el legado del Papa Francisco debe ser preservado, especialmente su mensaje sobre una Iglesia en salida, sinodal y comprometida con las periferias. «La Iglesia debe continuar con este camino de apertura, de ser una Iglesia en salida, que camina con otros y no se queda encerrada», señaló el Obispo de Neuquén, indicando que la Iglesia debe seguir escuchando a las periferias y responder a los problemas sociales y espirituales de la humanidad.
El Papa Francisco dejó un testimonio de un papado de esperanza y de un trabajo constante. Como destacó Croxatto, Francisco nunca dejó de trabajar por la Iglesia, nunca hizo huelga ni se tomó vacaciones, siempre estuvo al servicio de la gente. Este fue un hombre comprometido con la vida y la realidad cotidiana de las personas.
El Obispo Croxatto también reflexionó sobre la transición que vive la Iglesia tras el fallecimiento de Francisco, destacando que la Iglesia está en un proceso de oración fuerte mientras los cardenales se preparan para elegir al nuevo Papa en el Cónclave. «Confiamos en la presencia del Espíritu Santo para guiarnos en este proceso», afirmó Croxatto, indicando que, más allá de las expectativas humanas, lo fundamental será escuchar la voluntad del Espíritu Santo.
El Obispo de Neuquén recordó con cariño su propia relación con el Papa Francisco. Relató cómo, desde su nombramiento como obispo auxiliar en 2014, Francisco lo acogió con afecto y le ofreció su apoyo. «El Papa Francisco me abrió las puertas de Santa Marta cuando estuve en Roma, permitiéndome quedarme allí. Nos dio un recibimiento muy especial y me permitió compartir con él misa, almuerzos y cenas», relató Croxatto con emoción.
Además, el Obispo remarcó la humildad y cercanía del Papa: «Aunque no tuvimos una relación diaria, cada encuentro fue significativo y me dejó una profunda enseñanza de servicio y entrega».
Uno de los principales legados que Francisco dejó, según Croxatto, es su llamado a la fraternidad universal y su constante petición por la paz. «Francisco nunca dejó de pedir por la paz, en todos sus discursos, en sus viajes, en sus oraciones. Siempre nos recordó que la paz es el camino, y que todos somos responsables de alcanzarla», concluyó el Obispo.
El proceso de elección de un nuevo Papa ya está en marcha, y Croxatto mostró su esperanza de que la Iglesia siga el camino trazado por Francisco. Si bien la transición generará incertidumbre, el Obispo expresó su confianza en que el Espíritu Santo guiará a los cardenales para elegir un Papa que continúe la misión de Francisco y dé esperanza al mundo entero.
El fallecimiento del Papa Francisco marca el fin de una etapa histórica para la Iglesia Católica. El legado de Francisco, caracterizado por su humildad, su dedicación a los más necesitados, y su llamado a la paz y la fraternidad, será recordado por generaciones. La Iglesia Católica se encuentra ahora en un momento de transición, con la esperanza de que el nuevo Papa continúe con el mensaje de amor, solidaridad y justicia que Francisco tan fuertemente defendió.