El 3 de febrero, un tren que transportaba productos químicos tóxicos se salió de las vías en East Palestine, Ohio, y un tercio de los 150 vagones quedaron completamente destrozados, consumidos en un incendio que obligó a evacuar a los residentes de la zona por temor a que pudieran resultar heridos o incluso morir por inhalación de humos altamente cancerígenos. El hecho cobró repercusión en las últimas horas, producto del riesgo ambiental que existe en la zona.
Los vagones accidentados transportaban cloruro de vinilo, un gas inodoro y peligroso que se usa como precursor del plástico para la fabricación de revestimientos de cables y materiales de embalaje, y que a su vez es altamente inflamable. La exposición a cloruro de vinilo está relacionada con diferentes tipos de cáncer, principalmente de hígado.
Luego del descarrilamiento, la imposibilidad de recoger las sustancias llevó a que las autoridades procedieran a una quema controlada. Los expertos advirtieron de que esto crearía una columna de fosgeno y cloruro de hidrógeno en toda la región, por lo que pidieron a los residentes evacuar el lugar.
En una conferencia de prensa el gobernador de Ohio, Mike DeWine, ordenó evacuar el área donde residían 5.000 personas. “Deben irse, solo tienen que irse. Es un asunto de vida o muerte”, dijo DeWine según recogió un medio local. Las autoridades consideraban que la mayoría habían abandonado el lugar pero la gravedad del asunto llevó a que se realice un llamado puerta a puerta antes de la liberación del cloruro de vinilo.
El tren de la empresa ferroviaria Norfolk Southern se dirigía desde Madison, en Illinois, a Conway en Pensilvania. Los investigadores federales afirman que el descarrilamiento se debió a un problema mecánico con el eje de un vagón. Por el hecho no se registraron heridos ni daños a estructuras aledañas.
Sin embargo, la preocupación ambiental persiste pese a que luego de varios días las autoridades permitieron a la población retornar a sus hogares. Y es debido a que expertos sanitaristas como Lynn Goldman, decana de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Washington, advierten que las partículas invisibles de este gas que persisten en el ambiente son más peligrosas que los vapores resultantes de su quema.
Al mismo tiempo, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) admitió que muchas de esas sustancias se estaban filtrando hacia las vías fluviales cercanas y muchos peces murieron casi de inmediato.
La Agencia explicó que, aunque se habían «tomado medidas para minimizar» este impacto, los esfuerzos se habían centrado en la «protección» del agua potable. Pese a la aparición de peses muertos en las inmediaciones de East Palestine, las autoridades afirman que el agua no se vio afectada.