
El Dique Ingeniero Ballester es una obra emblemática en Río Negro, cuya construcción comenzó el 1 de enero de 1910 y, con el paso del tiempo, ha sido una pieza fundamental para el desarrollo de la región. Ayer se conmemoró la colocación de su piedra fundamental.
El dique se construyó para regular el caudal del río Neuquén, permitiendo el desarrollo del sistema integral de riego del Alto Valle del Río Negro y del Valle Inferior del río Neuquén, lo cual facilitó la expansión de la producción agrícola en la región. Continúa siendo fundamental para el sistema de riego del Alto Valle, permitiendo la producción de sus emblemáticas peras y manzanas, entre otras.
Rodolfo E. Ballester fue un ingeniero argentino especializado en diques y obras de riego. El dique lleva su nombre en homenaje a su contribución en la finalización de la obra. La construcción del dique propició el asentamiento de trabajadores y sus familias en la zona, dando origen a localidades como Barda del Medio. Este desarrollo fue fundamental para la urbanización y crecimiento económico de la zona.
El jefe del Distrito de Riego, Pablo Degele, destacó la importancia de la colocación de la piedra fundamental del dique, y dijo: “Es una de las obras más importantes que tenemos en nuestra provincia con respecto a los sistemas de riego y todo lo que tiene que ver con el desarrollo productivo. Se viene operando de la misma manera desde el momento que se inauguró y que entró agua al canal principal, para nosotros es maravilloso.”
Si bien la primera idea de construir un dique en esta región, se remonta a la década de 1880, ningún trabajo se realizó en el lugar hasta el 1 de enero de 1910.
El dique cuenta con 17 compuertas que atraviesan el río de margen a margen, cada una de 20 metros de ancho, separadas por 16 pilares de hormigón armado y dos estribos en cada extremo. Los pilares tienen tres metros de ancho, sumando un largo total de 420 metros sin contar las rampas.
Al respecto, el guarda dique, Jorge Tapia, comentó que dentro de sus actividades principales se encuentra la de revisar el correcto funcionamiento del sistema, mantener la escala del embalse para que le pueda ingresar agua al canal principal y regular el ingreso del río Neuquén. Es muy importante estar atento cuando se inicia la temporada de riego porque es cuando más se pierde agua y también con las maniobras extraordinarias que se pueden estar haciendo aguas arriba. “Yo vengo de una generación donde mi papá estuvo acá de Guarda Dique, ellos tenían otro sistema mucho más antiguo, cada una hora marcaban un reloj, usaban el faro para ver las crecientes extraordinarias, yo me crié acá”.
Tras seis meses y medio en construcción, el Dique Ballester inaugura primero el tramo ferroviario construido sobre su estructura. El evento tuvo lugar el 25 de junio de 1910, y, aunque la obra avanzó con velocidad, se interrumpió en 1915. Es por eso que, luego de retomar las tareas, el estreno formal del dique no se organizó hasta 1918. Incluso, si bien el sector carretero se habilitó en aquella época, los trabajos sobre los canales de riego se extendieron hasta 1931.
Daniel Santarelli, capataz del Dique, hace dieciocho años que trabaja en el lugar. Se dedica a realizar varias tareas de mantenimiento. “El dique es algo que te llena el alma, lo ves y no podes creer la importancia que tiene: es centrales, riego, el pueblo, canales, todo lo que abastece el canal, es una locura, hay que andar, verla”.
La afluencia de trabajadores extranjeros fue algo determinante en la construcción de esta obra tan importante y el futuro pueblo: alemanes, ingleses, portugueses, polacos, españoles, chilenos, bolivianos así como la llegada de personas de otras provincias desarrolló inicialmente a la localidad.