La primera etapa del viaje al centro de Europa terminó en el aeropuerto internacional de Luxemburgo-Findel; luego Francisco se trasladó a Bruselas.
El papa Francisco afirmó este viernes que la Iglesia católica debe buscar el «perdón» por los abusos sexuales a menores, en un discurso que pronunció ante políticos y miembros de la sociedad civil en Bélgica, quienes expresaron sus demandas.
El líder religioso recalcó que su iglesia «debe avergonzarse y pedir perdón, y tratar de resolver esta situación con humildad cristiana, y hacer todo lo posible para que no vuelva a suceder». «Pienso en los dramáticos casos de abusos a menores, un flagelo que la Iglesia está afrontando con decisión y firmeza, escuchando y acompañando a las personas heridas e implementando un amplio programa de prevención en todo el mundo», expresó.
Según diferentes medios internacionales, Francisco añadió: «Esta es la vergüenza que todos tenemos que asumir ahora, pedir perdón por ella, y resolver el problema».
De esta manera, el Sumo Pontífice aludió a un enorme escándalo que sacudió a la iglesia belga el año pasado, relacionado con abusos a menores y adopciones forzadas de niños de madres solteras, estimado en un número de 30.000 para el período 1945-1980.
Los Obispos de Bélgica pidieron disculpas en 2023 y encargaron una investigación independiente de los casos.
La condena política
El primer ministro belga en funciones, Alexander De Croo, reclamó a Francisco que, en relación con los abusos a menores por parte de miembros de la Iglesia católica, «hay que dar pasos concretos» y «escuchar a las víctimas», además de reconocer «las atrocidades» y hacer justicia. «La dignidad humana debe ser lo primero, no los intereses de la institución para volver a mirar hacia delante, la Iglesia debe asumir su pasado», aseveró.
En un duro discurso, el político argumentó que «la fe es un punto de apoyo para muchos, pero no bastan las meras palabras y también hay que dar pasos concretos porque no es sólo un imperativo moral, sino también un paso necesario para recuperar la confianza».
Por su parte, el rey Felipe de Bélgica elogió que Francisco haya condenado «la indescriptible tragedia de los abusos sexuales en el seno de la Iglesia con la mayor firmeza posible» y haya «tomado medidas concretas para combatir estos actos horribles», pero subrayó que «se ha tardado demasiado en escuchar y reconocer sus gritos».
En un país de larga tradición católica, los cientos de abusos sexuales ocurridos durante décadas a manos de religiosos causaron enorme conmoción y la cantidad de fieles disminuyó, según remarca el sitio dw.
De Luxemburgo a Bélgica
La primera etapa del viaje al centro de Europa terminó en el aeropuerto internacional de Luxemburgo-Findel y, tras reunirse con la comunidad católica en la catedral, el Papa Francisco se trasladó a Bruselas, en un desplazamiento fuera del Vaticano que continuará hasta el domingo 29 de septiembre.
El papa Francisco en su despedida de Luxemburgo. Fotografía: Agencia Noticias Argentinas / Vatican Media
El papa Francisco advirtió este jueves en Luxemburgo sobre los conflictos provocados por el «nacionalismo exasperado» y las «ideologías perniciosas», evocando las lecciones de la Segunda Guerra Mundial. «Luxemburgo puede mostrar a todos las ventajas de la paz frente a los horrores de la guerra, de la integración y la promoción de los inmigrantes frente a su segregación; los beneficios de la cooperación entre naciones frente a las consecuencias nocivas del endurecimiento de posiciones y de la búsqueda egoísta y miope, o incluso violenta, de los propios intereses», afirmó en el primer discurso de su viaje de ocho horas al pequeño país europeo.
El Papa fue recibido en el exterior del ‘Cercle Cité’ por el primer ministro de Luxemburgo, Luc Frieden, y la alcaldesa de la ciudad, Lydie Polfer; los Grandes Duques recibieron al pontífice en la entrada principal del edificio. En un encuentro con autoridades políticas y representantes de la sociedad civil, en el Círculo Cité, Francisco mostró «gran alegría» por su visita al Gran Ducado de Luxemburgo, la primera de un pontífice desde 1985.
Tras el discurso introductorio de Luc Frieden, Francisco destacó que Luxemburgo alberga «numerosas instituciones europeas», en particular el Tribunal de Justicia de la Unión, el Tribunal de Cuentas y el Banco de Inversiones. «La sólida estructura democrática de su país, que valora la dignidad de la persona humana y la defensa de sus libertades fundamentales,es la condición indispensable para un papel tan significativo en el contexto continental», señaló, según un informe de AICA.