En medio de su visita a la Base Marambio en la Antártida, el presidente Alberto Fernández habló en cadena nacional del futuro de la interna del Frente de Todos por las candidaturas presidenciales y pidió por la «paz mundial».
«Feliz Día de la Antártida Argentina a las y los compatriotas que trabajan ahora en la Base Marambio, en las otras 12 bases, en campamentos y refugios antárticos y en los buques afectados a la Campaña Antártica», dijo Fernández en el comienzo de su discurso.
«Desde que el 22 de febrero de 1904 se estableció el Observatorio Meteorológico en las Islas Orcadas del Sur solo cuatro presidentes llegaron hasta aquí. Soy el primero en hacerlo luego de más de veinte años y por esto también me embarga una profunda emoción», destacó.
«La Argentina es un país que se extiende desde la Quiaca hasta la Antártida y las islas del Atlántico Sur. ¿Por qué será que nuestro imaginario no repara en el azul profundo del atlántico sur, en el viento helado de la meseta patagónica, en los acantilados o en los hielos del sur?», continuó.
«Que el Estado esté acá es un acto de justicia para con nuestra historia y nuestra identidad, venir hasta este lugar es reconocer lo grande que somos. Mucho más de lo que algunos paladines del desánimo quieren hacernos creer», agregó.
En la marco de las internas del oficialismo por la elecciones presidenciales de este año, Fernández sostuvo: «Argentina es mirada por el mundo como el símbolo de todo lo que podemos lograr juntos. Por eso desde el final del mundo, vengo a hablarles de nuevos inicios, de principios. Comienza un mañana de paz y prosperidad».
Sobre el cierre de su discurso, el Presidente alertó sobre la «amenaza nuclear» en el mundo, al cumplirse un año de la invasión de Rusa en Ucrania.
«El mundo de hoy observa una guerra desatada en Europa sin conocer hasta dónde llegarán los daños que ella provoque. La amenaza nuclear vuelve a asomar ante una humanidad que mira impávida como se expande la violencia y la muerte en un mundo que acaba de sobrevivir a una pandemia. Pareciera que los muertos en Hiroshima y Nagasaki no pesan en la conciencia de los agresores», señaló.
Y sentenció: «La paz mundial es para nosotros un imperativo. Preservar la paz depende de todos y cada uno de los que habitamos el planeta».