El presidente Alberto Fernández advirtió a sus pares del G20 que «es hora de entender que lo que está en juego es la preservación de la vida humana». «Este es el cuarto G20 del que participo. En este tiempo, hemos tenido miradas comunes frente a los problemas que enfrentamos pero no hemos sido capaces de resolverlos. Pareciera que calmamos nuestras conciencias con palabras, mientras seguimos caminando por las cornisas», sostuvo el mandatario.
Al intervenir en la Primera Sesión Plenaria, en la India, el jefe de Estado exhortó a los líderes de las naciones «a trabajar con más firmeza para poder consolidar un mundo más justo en un ambiente más sano». «Espero que en el futuro las palabras vayan cediendo espacio a los hechos. Es hora de entender que lo que está en juego es la preservación de la vida humana», planteó Alberto Fernández.
Durante su discurso, el presidente celebró la incorporación de la Unión Africana al G20, lo que consideró «un acto profundamente justo que permite conocer y atender las necesidades de ese maravilloso continente». Además, expresó su expectativa para que «en el futuro se pueda sumar a la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (CELAC) que sobrelleva problemas similares a los que afronta África».
«El Sur Global existe. Muchos de los países que lo conforman padecen economías endeudadas que acaban afectadas por los condicionamientos impuestos por el sistema financiero internacional que tantas veces criticamos», subrayó el presidente. Por otra parte, señaló como temas de preocupación «el hambre y la seguridad alimentaria», y en ese sentido aseguró que «América del Sur puede contribuir a saciar el hambre que hay en el mundo. Pero no podrá hacerlo si interfiere la especulación financiera o si priman las restricciones, los bloqueos y las barreras comerciales».
En relación a los desafíos vinculados con el cambio climático, afirmó que la Argentina «está comprometida con el mundo en procura de una transición hacia energías renovables». «Nos hemos propuesto alcanzar un desarrollo neutral en carbono en el 2050», agregó.
Y concluyó: «Para lograrlo necesitamos el auxilio financiero de los países desarrollados, teniendo en cuenta la equidad y el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas. Demandamos a los poderosos que ayuden a remediar los daños que han provocado».