Hallaron el cuerpo de una andinista en San Juan: sería una tucumana perdida en los años ’80

Era una joven de poco más de 20 años. Tras su desaparición la buscaron durante años. En la cima del Mercedario hay un lugar de homenaje para ella.

La historia de una joven andinista que quería cumplir el sueño de ascender a una de las montañas más altas de América, que muere antes de llegar a la cima, queda sepultada bajo la nieve y 40 años después su cuerpo es visto por casualidad. Este relato parece digno de una película de Hollywood, pero en realidad es la historia que podría esconderse tras el hallazgo de un cuerpo congelado que fue encontrado en el cerro Mercedario, en Calingasta.

Todo comenzó el martes pasado cuando un grupo de andinistas, entre los que estaban algunos norteamericanos, dieron aviso a las autoridades de que habían encontrado un cuerpo en la zona de la pared sur del cerro Mercedario. El hallazgo se produjo cerca de los 5.000 metros sobre el nivel del mar (msnm).

Con los datos aportados por estos montañistas, el sábado salió una expedición integrada por el grupo Geras, policías, gendarmes y miembros de la Unidad Fiscal de Investigación (UFI). Tras horas de sobrevuelo lograron rescatar un cuerpo, en un principio se pensó que era el andinista alemán Andreas Colli quien desapareció en 2002.

Pero este lunes todos se vieron sorprendidos cuando desde la UFI informaron que se trata de una mujer. En ese momento, los andinistas experimentados aseguraron que la única andinista mujer perdida en el Mercedario era una joven tucumana que desapareció en los 80.

Con este dato Diario Huarpe comenzó una investigación para tratar de encontrar la historia de la joven cuya muerte estaba envuelta en misterio. Tras decenas de llamados, finalmente una persona recordó un nombre: le decían Patty y su apellido era Altamirano y era una chica de poco más de 20 años, de cabello largo negro y nacida en Tucumán.

Este primer indicio llevó a descubrir al menos parte de la historia de la vida y muerte de esta chica que falleció y su cuerpo quedó en medio de los hielos eternos de la cordillera sanjuanina. El primer dato a aclarar es que Patty no se llamaba así, su nombre real era Martha Emilia Altamirano y debía su primer nombre al de su mamá Martha Dichiara de Altamirano, una mujer conocida en el ámbito de la educación en Tucumán.

Patty, como todos le decían, emprendió su viaje a San Juan junto a su hermana Corina y a Sergio Bossini un reconocido andinista de origen italiano y un recordado precursor del montañismo en la provincia del norte. De acuerdo a lo que figura en las crónicas periodísticas de la época, los tres andinistas llegaron al mercedario el lunes 23 de marzo de 1981.

Allí se encontraron con un baqueano que los condujo a la zona de campamento. Para el viernes 27 de marzo, los tucumanos estaban instalando un campamento sobre el hielo a unos 5.000 msnm. En un determinado momento Patty se resbaló y cayó en medio de una grieta.

Sergio y Corina de inmediato trataron de ayudar a la chica, pero ya nada pudieron hacer y según ellos mismos contaron, la vieron fallecida en una grieta del Glaciar del Caballito. No pudieron sacar el cuerpo de este pozo y el domingo 29 de marzo debieron bajar de la montaña.

Los días pasaron y el frío de la montaña hizo imposible volver a buscar a Patty. Pero para el 31 de diciembre del 1981 la madre de Patty, su hermana Corina y su hermano Marcelo y Orlando Bravo del Club Andino de Tucumán emprendieron una nueva expedición para tratar de dar con el cuerpo de la chica.

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