Una mujer denunció que le inducieron el parto en un hospital de Brasil y que el médico decapitó a su beba durante el procedimiento.

«Mi hermana solo sabe llorar. Ella no puede dormir», contó Aryane Santos, la hermana de la víctima, quien añadió que por las noches «se despierta pensando que está escuchando» los gritos de su hija.

Ranielly Santos declaró que el hecho ocurrió en el Hospital das Clinicas da UFMG, ubicado en el barrio de Santa Efigenia de Belo Horizonte.

De acuerdo con la mujer, que denunció el hecho en la comisaría, uno de los médicos se subió sobre su estómago y le arrancó la cabeza a la beba mientras la trataba de sacar del vientre.

Desde el centro médico informaron que el nacimiento fue prematuro a las 30 semanas de gestación y que la chiquita tenía una «malformación pulmonar incompatible con la vida», según el medio local Otempo.

Los médicos indicaron que la madre tenía un empeoramiento de la condición clínica con «aumento de la presión arterial y edema generalizado», y agregaron que «debido a la gravedad de la condición materna y la inviabilidad fetal, el personal médico optó por la inducción del parto».

La gerencia del establecimiento remarcó que durante todo el proceso buscaron preservar la vida de ambas personas: «El equipo hizo todo lo posible por garantizar la vida de la gestante y que tiene el compromiso de esclarecer todos los hechos con transparencia y agilidad».

Su esposo, Victor, estuvo presente en el parto y dijo que pudo ver que su hija parpadeaba e incluso movía sus labios.

Desde su familia, afirmaron que uno de los médicos les pidió perdón, y que un trabajador social se acercó para decirles que el hospital se haría cargo de todos los costos del sepelio a cambio de firmar un documento en el que constaba que «la autopsia ya se había realizado» en ese establecimiento.

El caso sigue abierto a la espera de saber cómo avanza la Justicia brasileña.