El incidente más reciente ocurrió cuando, en la noche del martes, Cintia fue víctima de un intento de robo en su casa. A pesar de contar con medidas de seguridad como alarmas y rejas, los delincuentes intentaron ingresar a su hogar, pero se dieron a la fuga tras ser sorprendidos por un grito de la vecina. La misma suerte corrió otra vecina del barrio, quien días antes los delincuentes ingresaron a su hogar a través de un ventiluz de baño.

El ingreso al domicilio de una vecina de parte de los delincuentes que aprovechando que no se encontraba en su domicilio y lograron ingresar por el ventiluz del baño.

“Estamos muy expuestos”, comenta Cintia, quien señala que su casa se encuentra en la última manzana del barrio, lo que les deja sin protección en gran parte de la zona. La presencia policial, según los residentes, es insuficiente para cubrir las vastas áreas que abarca la Comisaría 20 de Parque Industrial, que debe atender no solo a Distrito VII, sino también a otros barrios cercanos como La Meseta y el loteo 34.

Los vecinos han organizado grupos de alerta a través de WhatsApp, para intentar defenderse ante la falta de respuestas por parte de las autoridades. Según Cintia, el reclamo más urgente es la necesidad de más patrullajes y una mayor presencia policial. Sin embargo, el número limitado de efectivos no parece ser suficiente para hacer frente al aumento de los delitos en la zona.

La puerta de ingreso del domicilio de Cintia, vecina del barrio Distrito VII, en donde forzaron e intentaron ingresar para robar, los delincuentes huyeron tras ser alertados por la vecina que se encontraba dentro del domicilio.
La situación se complica aún más con la expansión del barrio, pues se están entregando nuevas viviendas en áreas cercanas como Casimiro Gómez y detrás de la estación de servicio Shell. Con la llegada de más habitantes y la construcción de nuevos barrios, la policía no tiene recursos suficientes para atender la creciente demanda de seguridad, lo que agrava el panorama de inseguridad.

El reclamo de los vecinos no ha sido oído por las autoridades locales, quienes, aunque han entregado patrullas y unidades móviles, no han aumentado la dotación de personal. A pesar de las promesas de mejorar la iluminación en las calles y la seguridad, muchos sectores del barrio siguen a oscuras, lo que facilita la acción de los delincuentes.

Además, el aislamiento del barrio debido a la falta de alumbrado público y caminos adecuados agrava la situación. Los residentes de Distrito VII siguen reclamando respuestas concretas de parte de las autoridades, quienes hasta el momento no han dado soluciones satisfactorias. El sentimiento de inseguridad ha hecho que muchos, como Cintia, reconsideren la decisión de mudarse a esta zona con la esperanza de encontrar una vida tranquila.

La falta de personal en las fuerzas de seguridad y la creciente demanda de recursos no solo afectan la efectividad del patrullaje, sino que también dejan a los vecinos en una situación de desamparo ante los delincuentes. Para muchos, la situación parece haber llegado a un punto crítico, y la solución se ve cada vez más lejana.