Las esperanzas de un breve alto el fuego en el sur de Gaza que permitiera a los poseedores de pasaportes extranjeros abandonar el asediado enclave palestino y la entrada de ayuda se vieron truncadas el lunes, al intensificarse los bombardeos israelíes antes de una esperada invasión terrestre.
Habitantes de Gaza, gobernada por Hamás, indicaron que los ataques de la noche habían sido los más intensos de los nueve días de conflicto. Muchas casas quedaron destruidas y el número de muertos aumentó notablemente.
Se llevaron a cabo esfuerzos diplomáticos para hacer llegar ayuda al enclave, que soportó incesantes bombardeos israelíes desde el ataque del 7 de octubre de militantes de Hamás contra Israel, en el que murieron 1.300 personas, el día más sangriento en los 75 años de historia del Estado.
Israel impuso un bloqueo total y prepara una invasión terrestre para entrar en Gaza y destruir a Hamás, que siguió disparando cohetes contra Israel desde su breve asalto transfronterizo. Las tropas y tanques israelíes ya están concentrados en la frontera.
Las autoridades de Gaza declararon que al menos 2.750 personas habían muerto hasta el momento por los ataques israelíes, una cuarta parte de ellas niños, y casi 10.000 habían resultado heridas. Otras 1.000 personas estaban desaparecidas y se cree que se encuentran bajo escombros.
A medida que se agrava la crisis humanitaria, con escasez de alimentos, combustible y agua, cientos de toneladas de ayuda procedentes de varios países fueron retenidas en Egipto a la espera de un acuerdo para su entrega segura en Gaza y la evacuación de algunos poseedores de pasaportes extranjeros a través del paso fronterizo de Rafah.
A primera hora del lunes, fuentes de seguridad egipcias habían declarado a Reuters que se había alcanzado un acuerdo para abrir el paso y permitir la entrada de ayuda en el enclave.
Pero la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó en un comunicado: «Actualmente no hay tregua ni ayuda humanitaria en Gaza a cambio de sacar a los extranjeros».
El representante de Hamás, Izzat El Reshiq, dijo a Reuters que «no había nada de cierto» en las informaciones sobre la apertura del paso con Egipto o sobre un alto el fuego temporal.
Egipto afirmó que el paso permaneció abierto desde el lado egipcio en los últimos días, pero quedó inutilizado debido a los bombardeos israelíes en el lado palestino.
La situación seguía sin estar clara en el paso fronterizo de Rafah, el único no controlado por Israel. Periodistas de Reuters dijeron que una pequeña multitud de personas se había reunido allí esperando para entrar en Egipto.
Estados Unidos había dicho a sus ciudadanos en Gaza que se acercaran al paso para poder salir. El Gobierno estadounidense calcula que el número de palestinos-estadounidenses con doble nacionalidad en Gaza oscila entre 500 y 600.
Washington también está intentando conseguir la liberación de 155 rehenes, entre ellos estadounidenses, que según Israel fueron llevados por Hamás de vuelta a Gaza.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, subrayó la urgente necesidad de hacer llegar ayuda humanitaria a los civiles palestinos en las conversaciones mantenidas el sábado con Netanyahu y el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, según informó la Casa Blanca.
Biden también instó a Israel a seguir las reglas de la guerra en su respuesta a los ataques de Hamás. «La abrumadora mayoría de los palestinos no tuvieron nada que ver con los atroces ataques de Hamás y están sufriendo a consecuencia de ellos», señaló.