Marina Silva recibió prisión preventiva y fue imputada por «homicidio doblemente calificado por alevosía y el vínculo agravado por el uso de arma de fuego».
Marina Silva, la suboficial de Policía de San Luis que mató a sus dos hijos, escribió una carta
dirigida a su pareja y sus familiares en la que explicaba las razones del doble crimen.
La acusada pidió «perdón» porque «no podía más» y argumentó que «no era culpa de nadie», y se justificó con que «necesitaba paz».
En este sentido, se expresó hacia sus seres queridos y su novio: «Pa y ma, los amo, hermanos gracias por todo y, Jonathan, perdón también, te amo. Perdón por no poder seguir más».
Sobre sus dos hijos manifestó que «no quería que sean una carga para nadie», y añadió: «Los amo tanto Bauti y Sofía, necesito que estemos juntos».
Acorralada por las deudas, trascendió que la policía debía un total de 6.7 millones de pesos, dinero que se repartía en distintos bancos y entidades financieras.
Por ejemplo, la Central de Deudores del Banco Central de la República Argentina informó una deuda con el Banco Nación por $3.269.000 y con Montemar por $2.269.000.
Además, otras morosidades indican que Silva debía unos $33 mil a Bersatex, $941 mil con Credlap, $48 mil a Argencred y 94 mil pesos a Mercado Pago, al tiempo que todos retrasos económicos corresponden a julio y agosto de este año.
La Justicia de la provincia dictó la prisión preventiva contra la mujer de 30 años y la imputó por los delitos de «homicidio doblemente calificado por alevosía y el vínculo agravado por el
uso de arma de fuego».