El encargado de tender el lazo fue el asesor Santiago Caputo; otro de los queda en la mira es «Camau» Espínola.
La detención del senador Edgardo Kueider cuando intentaba cruzar al Paraguay con 200 mil dólares alteró la agenda política de hoy y puso en jaque la estructura que había ideado el asesor Santiago Caputo, principal colaborador del presidente Javier Milei, para saltear a la vicepresidenta Victoria Villarruel.
Kueider había dado uno de los votos clave que le dieron el triunfo a la Casa Rosada con la ley Bases y el paquete fiscal, que salieron ambos con un marcador al filo de la derrota y que habían llevado al oficialismo a intercambiado cargos discrecionales en empresas estatales.
Se presume que uno de los principales beneficiados de esos movimientos fue Kueider, peronista no K, como le gusta al senador entrerriano que lo definan a él y a su par Carlos «Camau» Espínola, de Corrientes.
Altas fuentes al tanto de ese tire y afloje de mediados de año aseguraban que la moneda de cambio del voto de Kueider fueron asientos en el directorio de la represa Salto Grande. El movimiento de piezas escaló al bloque kirchnerista de la Cámara alta, que criticó fuertemente el voto de Kueider, presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, encargada de los desafueros.
Incluso deslizaron la posibilidad de echarlo del PJ por haber estampado su voto favorable en ambos proyectos promovidos por La Libertad Avanza (LLA).
La segunda acción que mostró el alineamiento del senador entrerriano con Balcarce 50 fue su interés, promovido por la Rosada, por presidir la Comisión Bicameral de Inteligencia, que finalmente terminó en manos del enemigo principal del Gobierno en la Cámara de Senadores: el presidente de la UCR, Martín Lousteau.
El desembarco de Lousteau en la bicameral de Inteligencia se dio gracias a una jugada del bloque kirchnerista que aportó sus votos y sumó otras adhesiones para que el ex ministro de Cristina Kirchner fuera quien esté frente del espacio encargado de revisar el plan de Secretaria de Inteligencia de Estado (SIDE).
Esa movida tuvo lugar en medio de la polémica por el decreto que dictó Milei para otorgar millonarios fondos a la SIDE. Ese DNU fue el único que tanto la Cámara de Diputados y el Senado pudieron dar de baja gracias al apoyo del bloque PRO, tras una orden directa del ex presidente Mauricio Macri.
Tras el fallido intento de Caputo por poner a Kueider en la bicameral de Inteligencia, se reflotó en paralelo el interés por conformar un nuevo espacio que nuclee a senadores peronistas disidentes y otros que, si bien tienen partido, juegan en solitario al compás de los intereses de sus gobernadores.
El espacio en cuestión concretó su formación a finales de septiembre y se llama Las Provincias Unidas: además de Kueider y Espínola, que lo preside, lo integran Cambio Federal, que sumó a Juan Carlos Romero; Despierta Chubut, con Edith Terenzi; Lucila Crexell, con su monobloque neuquino; y la cordobesa Alejandra Vigo, que antes tenía un bloque con Kueider y Espínola.
La justificación de este variopinto espacio fue impulsar una supuesta agenda federal; sin embargo, diversas fuentes legislativas afirmaron en su momento que se trataba del desembarco formal de los intereses de la Casa Rosada en el Senado con el objetivo de relegar definitivamente a Villarruel y dejarla como mera canalizadora de las cuestiones institucionales.
En varias oportunidades se lo vio a Kueider en Casa Rosada, pero mucho más frecuentes fueron las visitas de «Camau» Espínola. De hecho, medios de comunicación correntinos sostienen que el medallista olímpico podría emerger como posible candidato de LLA en su provincia.
Los últimos rumores ubicaban a Kueider como uno de los candidatos principales a ocupar la embajada Argentina en Uruguay, por lo que el escándalo que lo tiene envuelto por estas horas podría alejarlo definitivamente de esa aspiración del entrerriano.
En el Senado la detención cayó como un baldazo de agua fría en varios despachos. Uno de los puntos que recuerdan -y con el que se regocijan- algunos legisladores nacionales es que Kueider votó en favor del blanqueo de capitales.