Uno de cada dos estadounidenses se enfrentará a temperaturas brutalmente calurosas y peligrosas y a una humedad sofocante a medida que una implacable ola de calor afecte al Medio Oeste y a la Costa Este durante este fin de semana. Según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS), ya se emitieron avisos y advertencias de calor excesivo para más de 170 millones de estadounidenses, ya que se espera que en muchos lugares las temperaturas superen con creces los 38°C hasta el sábado por la tarde.
Algunas de las ciudades más grandes del país, como Chicago, Nueva York y Filadelfia, abrieron centros de refrigeración en bibliotecas públicas y centros comunitarios para quienes no puedan escapar de las altas temperaturas. «El calor extremo puede ser peligroso para la salud, e incluso mortal», dijo la ciudad de Boston en su página web tras declarar la emergencia por calor, añadiendo que sus equipos en las calles proporcionarán agua en sus rutas.
Las autoridades municipales y meteorólogos estadounidenses instan a la población a mantenerse alejada del calor, ya que puede provocar enfermedades, especialmente a quienes trabajan o participan en actividades al aire libre, las personas mayores de 65 años, los niños y quienes padecen enfermedades crónicas. «Beba mucho líquido, permanezca en una habitación con aire acondicionado, aléjese del sol y controle a sus familiares y vecinos», dijo el NWS.
En Filadelfia, donde el calor podría alcanzar los 108°F (42°C), las autoridades ampliaron el horario de las piscinas públicas y fuentes el viernes y el sábado.
En Nueva York, donde el calor podría alcanzar los 103°F (39ºC), las autoridades publicaron un video de servicio público en las redes sociales en el que se instaba a los propietarios a mantener bien hidratadas a sus mascotas.
Según los expertos, la creciente frecuencia e intensidad de las inclemencias meteorológicas es síntoma de un cambio climático global provocado por el hombre que está alimentando los fenómenos extremos, y se prevé que las olas de calor persistan hasta agosto en gran parte del mundo.
El mes pasado fue el junio más caluroso registrado en Estados Unidos desde 1850. También fue el cuadragésimo séptimo junio consecutivo y el mes consecutivo 532 con temperaturas superiores al promedio del siglo XX, según el servicio meteorológico. Se espera que el calor se disipe en gran parte de Estados Unidos a última hora del sábado, dejando tras de sí probabilidades de tormentas y temperaturas suaves hasta la próxima semana, según el servicio meteorológico.