Los conductores que transitan por esta zona aseguran que la velocidad es un problema constante, y que muchos de los vehículos que pasan por allí no respetan el paso de otros coches, lo que hace que las piedras salten por todos lados. A causa de ello, varias personas han sufrido roturas en sus parabrisas y vidrios laterales, sin que nadie se haga responsable de los daños.
Los conductores que deben transitar por allí se han visto obligados a buscar rutas alternativas, lo que ha generado importantes demoras en los desplazamientos.
Además, los trabajadores de las empresas petroleras que utilizan esta vía como paso obligado se han visto seriamente afectados por esta situación.
La falta de acceso a la Autovía Norte ha generado una gran congestión vehicular en la zona, provocando retrasos en los traslados de los usuarios y afectando negativamente a la economía local.
Además, la falta de una solución a largo plazo está generando una gran preocupación entre los residentes y usuarios de la zona.