Cuando asumió la nueva gestión de gobierno, en diciembre último, sabía y lo había dicho que encontraría una provincia potencialmente rica, pero con una infraestructura que no se correspondía con las necesidades del ahora y del futuro. Revertir esa ecuación fue (y es) uno de los objetivos del gobernador Rolando Figueroa, quien puso en marcha -y mantiene- un modelo de austeridad y de eliminación de gastos innecesarios del Estado, que permitió reforzar las partidas para Educación, Seguridad y Salud. Los resultados tienen su correlato en la Ruta Provincial 23, en la que por estas horas avanzan los trabajos de pavimentación.

En la semana que termina se activaron y multiplicaron los trabajos en el tramo que se extiende entre Litrán (rotonda de acceso a Villa Pehuenia) y Puesto Jara (empalme con el pavimento). Son 21,7 kilómetros indispensables no sólo para el desarrollo de esa región, sino también para poner en valor sus tesoros turísticos y paisajísticos; de hecho, se encuentra en el área del lago Aluminé y del río homónimo.

El avance de obra es del 9,42% pero ha comenzado a ritmo intenso tras los impedimentos que imponía el clima de la región (con sus nevadas y heladas). Ahora refleja el crecimiento equitativo y equilibrado, que se extiende por cada una de las regiones que componen la provincia.

Por estos días se realizaron alcantarillas en hormigón, tanto transversales como longitudinales; como así también obras de terraplenes y de pavimento asfaltico de 6 centímetros de espesor por 6,70 metros de ancho, tal como lo detalló el equipo del ministerio de Infraestructura, que conduce el ministro Rubén Etcheverry.

A esos trabajos se sumaron gaviones, defensas de Araucarias existentes en la zona de ruta, defensas metálicas y enripiado de calles laterales para facilitar el acceso a la escuela de Lonco Luan y a viviendas.

La veda invernal del tramo al que se hizo mención (y que viene a completar el trayecto entre Aluminé y el Rahue) se levantó hace apenas unos pocos días, el 15 de octubre, y desde entonces ha recibido a una gran cantidad de equipos y de operarios. Con esfuerzo, la provincia ha comenzado a saldar la deuda en infraestructura, que cuando asumió Figueroa ascendía a unos 4 mil millones de dólares. Las obras se afrontan con recursos propios y se suman a otras que se financiarán con un crédito de 100 millones de dólares que, durante la semana, el gobernador firmó con el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), en Madrid (España).

Más obras, mejor conectividad

En las próximas semanas se activarán otras obras que no eran posibles, en virtud de la veda climática de la zona cordillerana. Se trata de otros dos tramos de la Ruta Provincial 23 que permitirán conectar el paso Pino Hachado al norte con Junín de los Andes al sur; y de la pavimentación de la Ruta Provincial 65 en Villa Traful. Es el tramo que va desde el empalme con la Ruta Nacional 237 y el empalme con Ruta Nacional 40.

Mientras que en la Ruta Provincial 23 los trabajos se concentran y se concentrarán en tres tramos: de Pino Hachado a Litrán, desde el puente de Ruca Choroy hasta el puente sobre el río Litrán y del empalme con la Ruta Provincial 46 hasta el puente sobre el río Aluminé, incluidas las obras que ya están en marcha.

Recientemente, Figueroa se refirió a la importancia que adquiere la conectividad vial en todas las regiones de la provincia, para fomentar el turismo en los destinos y la industria asociada a Vaca Muerta. No obstante, subrayó que los primeros beneficiados con este tipo de inversiones son los pobladores, ya que tener rutas en condiciones contribuye a la integración, mejora la transitabilidad e impacta en servicios relevantes como el acceso a la salud.

Por eso instruyó a sus colaboradores para darle continuidad al plan de infraestructura vial neuquino y logró el acompañamiento de organismos de financiamiento externo para asfaltar otras rutas.