
Miles de docentes y ciudadanos se congregaron hoy a las 11 de la mañana en el monumento a San Martín, en el corazón de la ciudad de Neuquén, para iniciar una marcha convocada por la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén (ATEN) en conmemoración del 18° aniversario del asesinato de Carlos Fuentealba. El docente fue asesinado el 4 de abril de 2007 durante una protesta en Arroyito, un hecho que marcó un antes y un después en la historia política y social de la provincia, y que aún resuena como un símbolo de lucha contra la represión estatal.
La movilización, que recorrió las principales calles del centro neuquino, se desarrolló en el marco de un paro provincial de 24 horas dispuesto por ATEN, al que se sumaron otros sindicatos y organizaciones sociales. «Paramos y marchamos contra la represión y la criminalización de la protesta», fue la consigna central del gremio, que busca mantener viva la memoria de Fuentealba y rechazar cualquier forma de violencia institucional, un reclamo que cobra especial relevancia en el contexto político actual.

Carlos Fuentealba, un maestro de química de 41 años que enseñaba en el CPEM N°69 del barrio Cuenca XV, perdió la vida hace 18 años cuando un policía, José Darío Poblete, le disparó un cartucho de gas lacrimógeno a corta distancia durante una manifestación docente en la Ruta 22. El proyectil impactó en su nuca mientras intentaba retirarse en un Fiat 147, causándole un traumatismo craneoencefálico que lo llevó a la muerte al día siguiente, el 5 de abril, en el hospital Castro Rendón.
La marcha de este viernes, que se extendió por el centro de la ciudad con pancartas, cánticos y fotos del docente, reflejó no solo el dolor por su pérdida, sino también la vigencia de su legado. «Sostenemos la memoria para que nunca más la violencia institucional sea la respuesta», expresó Marcelo Guagliardo, secretario general de ATEN, durante la concentración inicial, destacando la necesidad de vincular aquel episodio con las políticas represivas que persisten en la actualidad.
El hecho ocurrió bajo el gobierno de Jorge Sobisch, entonces gobernador de Neuquén por el Movimiento Popular Neuquino (MPN), quien ordenó un operativo policial de gran escala para impedir el corte de la ruta durante el feriado de Semana Santa. Sobisch asumió la responsabilidad política del operativo, pero nunca enfrentó un juicio, lo que generó una lucha de años por parte de ATEN y la familia de Fuentealba para exigir justicia completa, más allá de la condena a perpetua de Poblete en 2008.
A 18 años del crimen, la justicia ha avanzado parcialmente: en 2023, cinco exjefes policiales fueron condenados por abuso de autoridad y un sexto por abuso de armas en la causa conocida como «Fuentealba II». Estas sentencias, ratificadas en 2024, marcaron un hito tras décadas de impunidad, aunque la querella y el gremio siguen señalando a Sobisch como el responsable político que aún no rindió cuentas ante la ley.
La presencia en la marcha de organizaciones como la APDH, CELS, Sadop y el Sindicato de Prensa de Neuquén, junto a figuras como Sergio Maldonado, hermano de Santiago Maldonado, subrayó la transversalidad del reclamo. «Carlos Fuentealba es un símbolo de la resistencia docente y popular», afirmó Sandra Rodríguez, viuda del maestro, quien participó al frente de la columna, acompañada por sus hijas y miles de manifestantes que coreaban su nombre.