Cisterna también destacó que las Byrna son de venta libre y se utilizan comúnmente en el ámbito civil como herramientas de defensa personal. Esto abre un debate sobre la regulación del uso de tales armas en situaciones de riesgo, tanto por parte de la policía como de los ciudadanos.
Un aspecto fundamental de la exposición del comisario fue la necesidad de capacitación para los agentes que utilizarán estas armas. Según Cisterna, una formación adecuada es esencial para garantizar el uso seguro y eficaz de estas tecnologías, minimizando el riesgo de abuso o errores operativos.
Además, el comisario enfatizó que el uso de estas armas reduce la probabilidad de letalidad en comparación con las armas convencionales. Las consecuencias del impacto de estos dispositivos pueden incluir desorientación, distracción y confusión, efectos que no comprometen la vida del individuo afectado.
El avance del proyecto ha generado preocupación entre organizaciones de derechos humanos, que cuestionan cómo se implementará esta medida y qué mecanismos de control estarán en vigor para evitar posibles abusos en su uso. La comunidad civil se mantiene atenta ante la posibilidad de que estas armas sean utilizadas sin la debida supervisión.
La transición del proyecto a la siguiente etapa legislativa es un paso crucial, y se prevé que el debate sobre su implementación continúe en el ámbito público. La discusión sobre el uso de armas menos letales resalta la necesidad de un enfoque equilibrado entre la seguridad y el respeto por los derechos humanos.
A medida que Neuquén se adentra en esta nueva fase de su estrategia de seguridad, será fundamental asegurar que el uso de estas armas no solo sea efectivo, sino que también respete los principios de justicia y protección de los derechos ciudadanos. El futuro del proyecto dependerá de un compromiso sólido con la formación y la regulación adecuada de estos dispositivos.