César Gorla tenía que ir a jugar un partido de fútbol 7 en una canchita debajo de la Autopista 25 de Mayo. Dejó a su hijo de 12 años y continuó viaje en su moto, pero al llegar a San Juan al 3200, del barrio de San Cristóbal, lo chocó un Chevrolet Onix.
Terminó sobre el techo del auto, sólo con algunos rasguños. Desde allí mismo, mientras esperaba la llegada de la ambulancia, sin las zapatillas que habían volado, el hombre de 36 años les avisó a sus amigos que no estaría para el compromiso: «Chicos, no voy a llegar», les mandó por WhatsApp, junto a una selfie.
«Me disloqué el hombro, pero me lo volví a poner ahí mismo», añadió el motociclista, que es de Parque Avellaneda y trabaja como empleado administrativo.
Lo curioso es que recién dos horas después del choque, mientras esperaba solo en el lugar, con su moto destruida, para trasladarla, llegó una ambulancia para revisarlo. «Me dijeron que tenía presión alta, que puede ser lo normal del golpe, y una posible luxación del hombro izquierdo», comentó que le dijeron los médicos.