
“Muchas veces, esta enfermedad se controla adecuadamente con el tratamiento estándar habitual, la triple terapia inhalada, pero, en aquellos pacientes en los que no se logra, la EPOC impacta en aspectos cotidianos como salir a caminar, subir una escalera o hacer las compras. Suele requerir, inclusive, frecuentes visitas a la guardia y/u hospitalizaciones de urgencia. Para aquellos pacientes sintomáticos que no logran controlar su enfermedad, no contábamos con herramientas terapéuticas que nos permitieran ofrecer una respuesta más allá de la triple terapia, pero después de más de una década sin novedades, la llegada de nuevas opciones nos abre un panorama diferente y esperanzador”, sostuvo el Dr. Diego Litewka, médico neumonólogo, jefe del Servicio de Neumonología del Hospital Fernández.
Ahora se autorizó en Argentina el uso del biológico dupilumab como tratamiento de mantenimiento complementario en pacientes adultos con EPOC no controlada, asociada a inflamación de tipo 2. Este anticuerpo monoclonal ya estaba aprobado para tratar otras enfermedades en las que interviene el mismo proceso inflamatorio, tales como asma, rinosinusitis crónica con poliposis nasal o dermatitis atópica.
Este medicamento actúa inhibiendo las interleuquinas 4 y 13, dos proteínas que cumplen un rol protagónico en el proceso inflamatorio y en el desencadenamiento de enfermedades como la EPOC. Ahora se convierte en el primer medicamento biológico aprobado para tratar esta enfermedad pulmonar.
“Conocíamos los beneficios de esta medicación en el asma con inflamación de tipo 2, pero para la EPOC representa una opción terapéutica diferente e innovadora que ha demostrado reducir las exacerbaciones en casos de EPOC no controlada, además de mejorar la función pulmonar y la calidad de vida”, explicó el Dr. Gabriel García, médico neumonólogo, Director del Centro en Investigaciones Respiratorias de La Plata CEPIR y expresidente de la Asociación Argentina de Medicina Respiratorio (AAMR).
Específicamente, en los estudios clínicos BOREAS8 y NOTUS9, el tratamiento demostró reducir las exacerbaciones en un 30 y un 34% respectivamente, mejorar la capacidad respiratoria y mejorar hasta en un 51% la calidad de vida de los pacientes, con un perfil de seguridad consistente con el ya conocido.
Las exacerbaciones de la EPOC son cuadros caracterizados por aumento de la tos, la falta de aire o el moco, que requieren un abordaje médico inmediato y que potencialmente se pueden asociar a cuadros más graves. La EPOC representa una de las principales causas de hospitalización y muerte a nivel mundial.
El impacto de la EPOC
“Si una persona tiene más de 40 años, tos frecuente, fuma, siente falta de aire y/o se agita al caminar, es posible que tenga EPOC. Su diagnóstico puede sospecharse conversando con el paciente durante la consulta médica y puede confirmarse mediante una espirometría; un estudio de baja complejidad, económico y no invasivo que se puede realizar en el mismo consultorio y que consiste en soplar en forma sostenida a través de una boquilla”, describió el Dr. Litewka.
La EPOC también impacta en el plano emocional, generando vergüenza, culpa y estigmatización. Además, en términos económicos, se calcula que más de 6 de cada 10 pacientes están en edad laboral, y esta enfermedad genera ausentismo, disminuye la productividad y los ingresos. De hecho, 4 de cada 10 deben reducir su jornada laboral o dejar de trabajar por completo.
En una encuesta realizada a casi 15 mil personas de 14 países, incluida la Argentina, el 45% de los participantes desconocía que la EPOC es una enfermedad pulmonar y en nuestro país se calcula que 7 de cada 10 pacientes no están diagnosticados.
“Esto refleja que los profesionales de la salud todavía tenemos mucho trabajo por delante, que debemos conversar con nuestros pacientes sobre su salud respiratoria, su estilo de vida y su calidad de vida. Detectar tempranamente la EPOC y tratarla en forma adecuada muchas veces permite lograr rápidamente un mejor control y prevenir el deterioro respiratorio de los pacientes”, concluyó el Dr. García.