Petronas reconsidera su inversión de 30.000 millones de dólares en Argentina: incertidumbres políticas y macroeconómicas en juego

La decisión de Petronas, la petrolera estatal de Malasia, de reconsiderar su compromiso con la inversión masiva de 30.000 millones de dólares en una planta de gas natural licuado (GNL) en Argentina, sacude el panorama económico y político del país. Según reportes recientes, Petronas habría comunicado informalmente su intención de retirarse del megaproyecto en asociación […]

La decisión de Petronas, la petrolera estatal de Malasia, de reconsiderar su compromiso con la inversión masiva de 30.000 millones de dólares en una planta de gas natural licuado (GNL) en Argentina, sacude el panorama económico y político del país. Según reportes recientes, Petronas habría comunicado informalmente su intención de retirarse del megaproyecto en asociación con YPF, una noticia que impacta profundamente en la industria energética y en las expectativas del gobierno argentino de atraer inversión extranjera para apuntalar su economía.

Factores de incertidumbre: política, macroeconomía y tensiones internas

El posible retiro de Petronas del proyecto estaría impulsado por varios factores, principalmente la incertidumbre macroeconómica de Argentina y la volatilidad política del país. Las dudas sobre la estabilidad económica de largo plazo, combinadas con la polarización política que caracteriza al escenario argentino, han generado inquietudes en los altos directivos de la empresa malaya. Estas tensiones, sumadas a disputas sobre la ubicación exacta del proyecto, habrían erosionado la confianza de los inversores, a pesar de los esfuerzos del equipo de YPF para mantener el acuerdo en pie.

El proyecto de GNL con YPF no solo era la mayor inversión extranjera en Argentina, sino que también tenía el potencial de convertir al país en un actor relevante en el mercado mundial de GNL. El desarrollo de la planta, diseñado para aprovechar las vastas reservas de gas de Vaca Muerta, representaba una oportunidad para exportar gas argentino a mercados internacionales, con especial interés en Asia.

Posición geopolítica y tensiones internacionales

Además de los factores internos, la posición geopolítica de nuestro país colisiona con las de Malasya, país al cual pertenece Petronas. Argentina ha tensionado sus relaciones comerciales y diplomáticas con China, tras varios insultos abiertos y declaraciones altisonantes contra el gigante asiático por parte del presidente argentino, Javier Milei, esto ha influido negativamente en acuerdos energéticos y de infraestructura. Al mismo tiempo Argentina ha tenido un fuerte alineamiento con Israel y su política de exterminio hacia el pueblo de Palestina . Esta dinámica choca con la postura de Malasia, en primer lugar en la relación con China que es bastante sólida y se ha fortalecido en los últimos años. Recientemente, el rey de Malasia, el sultán Ibrahim Sultan Iskandar, realizó una visita de Estado a China para conmemorar el 50 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países.

 

La relación entre Malasia e Israel es bastante tensa y complicada. Malasia no mantiene relaciones diplomáticas con Israel, no reconoce a Israel como estado y ha sido un firme defensor de la causa palestina. El gobierno malasio ha condenado repetidamente las acciones de Israel en los territorios palestinos y ha apoyado la creación de un Estado palestino con Jerusalén Este como su capital. Malasia también ha sido un refugio para algunos palestinos, incluyendo miembros de Hamás, y ha habido incidentes en los que se ha acusado a Israel de estar involucrado en actividades de espionaje y asesinatos en territorio malasio.

En resumen, la relación entre Malasia e Israel es de confrontación y apoyo a la causa palestina, sin vínculos diplomáticos formales. Las diferencias en la política exterior pueden haber influido en la reconsideración de Petronas sobre sus inversiones en Argentina.

Negocio global

Malasia, a través de Petronas, no ha sido indiferente a los movimientos globales de capital y recursos energéticos. Mientras la compañía se replantea su posición en Argentina, otras oportunidades internacionales, especialmente en Asia y Medio Oriente, podrían estar desviando su interés. De hecho, Petronas ha estado ampliando sus inversiones en proyectos de energía más cercanos a su área de influencia, en particular en el sudeste asiático. .

 

Petronas, la compañía energética de Malasia, tiene una participación significativa del 25% en el proyecto LNG Canada. Este proyecto, liderado por Shell, se encuentra en Kitimat, Columbia Británica, en la costa oeste de Canadá. LNG Canada es una de las mayores iniciativas de exportación de gas natural licuado (GNL) en el mundo, con una inversión total de aproximadamente 40 mil millones de dólares canadienses.

Petronas ha reforzado su compromiso con este proyecto al agregar tres nuevos buques de GNL para asegurar una entrega eficiente y confiable del combustible a sus clientes.

Impacto en la política interna y el círculo de poder en Argentina

La posible retirada de Petronas del proyecto no solo tiene implicaciones económicas, sino también políticas. La administración de Javier Milei, que asumió la presidencia con la promesa de atraer grandes inversiones extranjeras, enfrenta ahora la posibilidad de que uno de los pilares de su estrategia económica se desplome. La salida de Petronas sería vista como un revés para el gobierno, que había presentado este proyecto como una de las grandes victorias en la atracción de capital extranjero.

Mientras tanto, en el ámbito empresarial argentino, el “círculo rojo” —un grupo selecto de empresarios influyentes— ya está moviéndose para explorar alternativas. Entre los posibles interesados en tomar el lugar de Petronas se encuentran algunos de los nombres más poderosos del sector energético argentino, como Marcelo Mindlin (Pampa Energía), los Bulgheroni (Pan American Energy), Miguel Galuccio (Vista Oil & Gas) y Paolo Rocca (Techint).

YPF y los esfuerzos para retener la inversión

YPF, liderada por Horacio Marín, sigue en conversaciones con Petronas y otras empresas en un intento por mantener vivo el proyecto. Aunque Marín ha manifestado cierto optimismo respecto a las negociaciones, se espera que en noviembre de 2024, cuando Petronas deba desembolsar 60 millones de dólares para iniciar la construcción de la planta, se determine si la empresa malaya continuará adelante o si la inversión tomará otro rumbo.

Desde Malasia, las autoridades de Petronas han sido cautelosas desde el principio, enfatizando la necesidad de evaluar cuidadosamente las condiciones del mercado y las oportunidades de inversión. En este sentido, es posible que la empresa esté utilizando la situación para obtener mejores términos o mayores incentivos antes de comprometerse definitivamente.

La reconsideración de Petronas plantea importantes interrogantes sobre el futuro del desarrollo energético en Argentina. Con una economía frágil y un contexto político volátil, la incertidumbre sigue siendo un obstáculo para atraer y retener inversiones extranjeras en proyectos estratégicos. En los próximos meses, se definirá no solo el destino del megaproyecto de GNL, sino también el rol de Argentina en el mercado energético mundial.

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