En Argentina rige la Ley 26.873 de Promoción y Concientización Pública de la Lactancia Materna, promulgada en 2013, que regula el derecho a la lactancia. Sin embargo, la ley no abarca la función de las puericultoras y doulas, que cumplen un rol fundamental: «Si la lactancia es un derecho, las puericultoras debemos tener ley», reclaman las profesionales sobre el derecho social de acceso a la puericultura.
«Nuestro trabajo se centra en el acompañamiento a las mujeres, personas que amamantan y sus familias, para facilitar información, herramientas y sostén desde la gestación, durante el puerperio y en los primeros años de la crianza de los niños y las niñas. Promovemos los beneficios de la lactancia humana en todos sus aspectos (individual, familiar, social, ambiental y económico); brindamos asesoramiento técnico de la misma, de manera oportuna y basado en evidencia, respetando y acompañando las decisiones de cada familia; trabajando de manera interdisciplinaria con el resto del equipo de salud. Es imprescindible este reconocimiento para que toda persona que lo necesite pueda acceder al acompañamiento de una puericultora», explican en una petición de firmas que llevan a cabo a través de la plataforma Change.org.
Las profesionales de la lactancia solicitan públicamente un pronto tratamiento de los proyectos de ley presentados a nivel nacional y en las distintas provincias de nuestro país, los cuales prevén incorporar a las puericultoras como agentes de salud idóneas para brindar prestaciones médicas obligatorias en materia de lactancia humana y demás tareas relacionadas.
Acerca de la lactancia
La lactancia está al alcance de todas las personas por lo que no discrimina y su fomento genera igualdad, equidad. Además, no contamina, ni genera residuos.
Implica un círculo virtuoso, que comienza con el ahorro en las familias y con niños con una buena salud psicofísica. Como consecuencia van menos al doctor y más a la escuela. Por lo tanto, los grupos familiares y personas que se encargan de cuidarlos, principalmente las madres y abuelas, faltan menos al trabajo y acompañan a las infancias en el transitar una enfermedad más leve.